02/08/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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No me refiero a la más célebre Soraya, la que fuera vicepresidenta del Gobierno con Rajoy, me refiero a Soraya Mayo, la que antes de dedicarse a la política y ocupar sillón en el Congreso de los Diputados en el grupo parlamentario de Ciudadanos, se apuntaba a todos los focos mediáticos con la defensa de los intereses de los trabajadores autónomos de Castilla y León. Llegó a ser pesada, si se me permite cansina, con la defensa de la propuesta de que el Consejo del Diálogo Social se abra a otros colectivos más allá de la patronal y los sindicatos de clase, defendiendo la entrada de los autónomos como otros defendemos la entrada de las organizaciones profesionales agrarias. Supongo que lo pedía por convicción, porque era una buena manera de defender los intereses de sus representados, y no por tratar de sacar de esa figura la misma tajada que sacan los agentes sociales, aunque visto ahora parece que era más bien por lo último. El pasado lunes, en la reunión institucional del presidente de la Junta con los agentes del Diálogo Social, todos cerraron filas para no abrir la interlocución con otros colectivos, entre ellos autónomos y agricultores. Se da la circunstancia que el consejero del ramo, Germán Barrios, lo es por designación de Ciudadanos, el mismo grupo político en el que ahora ha recalado Soraya con cargo de diputada. Ciudadanos se repliega una vez más a los planteamientos del PP renunciando a sus postulados, y algunas personas tienen tan poca dignidad que renuncian a todos sus principios cuando le dan un cargo político como el que le han dado a Soraya Mayo. No sé si Germán Barrios será un buen consejero, seguramente que sí, pero de lo que no tengo duda es que será un buen defensor de los intereses de UGT y de Comisiones Obreras, de esos intereses que poco tienen que ver con la transparencia en la cosa pública y mucho con lo que la Aguirre de Madrid llamaba «mamandurria». La misma «mamandurria» que criticaba la berciana Soraya Mayo cuando, antes de ser diputada por Valladolid, representaba a los sufridos autónomos agrupados en ATA.
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