Sor dinamita

El cachín final de la calle Renueva mola un montón como está y uno, aunque se deja fascinar frecuentemente por las novedades urbanísticas, teme que se pierda parte de su encanto cuando abran la calle paralela desde Padre Isla hasta Ramón y Cajal. Es de suponer que introducirá tráfico permanente separando definitivamente las dos zonas verdes (el Parque de la Estación de Matallana y el recodo peatonal de la calle delante de sus últimos números pares) que ahora forman un continuo de facto.

De momento, la Estación de Feve con el Espacio Vías a lo lejos, la terraza del Mississipi bajo los plátanos y los bocaditos de picadillo en el pulcropunk Café Luna (además de la posibilidad de un masaje tailandés donde Pha para el que disfrute la deconstrucción corporal) dan buenísimo rollo.

Pero si algo remata la jugada es la presencia de Sor Dinamita por allí.

Sor Dinamita es una monja dominica de las que llevan la residencia de estudiantes de Suero de Quiñones. Para dejarse caer solo tiene que cruzar dos pasos de cebra, conque su posible aparición es una amenaza perpetua. Pero no se asusten. Es dicharachera y cariñosa. Aunque si se la trata de usted salta porque, dice, es de las que se ponía al frente de las manifestaciones mineras de su Mieres natal con las pancartas, así que menos cortesías.

Sin la voz de broca Black and Decker del siete que le ponía Gracita Morales, Sor Dinamita es heredera de la tradición que la ficción consagró como arquetipo con Sor Citroën. Invasiva, respondona y exultante, sacude el humor ser interpelado por ella, sacudibles como somos cada uno, a través de la sorpresa, el terror o la gracia. Con ella en unos segundos se puede pasar de dejar la boca abierta al ver un hábito erguido junto a tu silla, al susto por truculentos flashes de raptos infantiles en aquellas maternidades a la risa por mención final de una canción de los Gipsy Kings. Una monja pop sin las inclinaciones de oso vicioso del personaje de ‘Entre tinieblas’, me pregunto qué opinaría de la loca serie ‘Autodefensa’.

Quizá tenga una día una conversación seria con ella. ¡Café y tostadita para Sor Dinamita!