El año 2018 ha traído importantes novedades desde el punto de vista político, como es la irrupción de un nuevo actor que ha sido encumbrado por la torpeza del Partido Socialista en Andalucía y que parece que sus expectativas llevan, a quienes gustan de medrar en la política y se encontraban fuera de la misma, a buscar acomodo en este nuevo actor político para seguir medrando en la política con otras siglas.
Pero cabe preguntarse qué es lo que este nuevo actor político, con nombre de diccionario de los años 40, puede traer de nuevo para la ciudad de León, que no sea en clave de política nacional. Porque sin desmerecer las necesidades que puedan existir en todos los partidos con representación en todo el Estado, en clave de política nacional, no podemos olvidar que en unas elecciones municipales y autonómicas lo que se juega es fundamentalmente, y valga el símil futbolístico, un partido local o provincial en el que el día a día y las cuestiones más primarias de los ciudadanos son el eje fundamental de la política a ejecutar, por lo que mucho nos tememos que este tipo de partidos, que pueden aparecer como salvadores con caras ya de vuelta de la política, no pueden ser más que otro revoltijo a añadir a la sopa de siglas, pero que para León y la provincia de León, no suponga absolutamente nada, y los leoneses sigamos lamentándonos de nuestra situación económica, de empleo y de futuro que, desde luego, como digo, estos nuevos partidos nada van a aportar para solucionar.
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