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Sonata de otoño

01/10/2022
 Actualizado a 01/10/2022
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Sabías que el otoño eran castañas tostándose sobre la chapa de la cocina de carbón. Y hojas amarillas y rojas que recogías en el prado de la casa y el León, vuestro perro pastor, perdiendo el pelo y dejándotea ti perdido el chándal después de jugar con él. El otoño era el olor en la cocina de las manzanas maduras -que no te gustaban nada- y el del frío húmedo de las mañanas al ir al colegio.

El otoño era un cuchillo que desangraba al verano, que había sido tan feliz, con tanto sol y tanto Cantábrico explotándote en el cuerpo, pero ahora el tiempo pasaba más despacio y leías sobre la colcha rosa que te había hecho mamá hasta que los ojos se te caían. Enseguida se empezaba a hacer de noche.

El otoño era la lluvia sobre el huerto, que ya no tenía apenas nada. La lluvia que pudría los últimos tomates. Y entonces no sabías del cambio climático, así que al menos confiabas en que pasara rápido y llegara pronto el invierno con su nieve divertida para ponerte las botas que tanto te gustaban, las botas rojas por las que en el colegio te llamaban ‘Dayana’, como la mala de la serie V, aunque ni se llamara así ni llevara botas rojas. Era tu serie favorita, la de los extraterrestres-reptil que se arrancaban la falsa cara humana y se les descubría la piel verde y escamosa y sus ojos de serpiente malévola, y en ese momento era tu hermana la que escondía la cara entre las manos mientras tú, que eras la mayor y más chula, te reías.

Tu sonata de otoño era una sonata de espera porque te pasabas la vida esperando. Esperando a que pasara algo, a descubrir quién serías, y así ibas creciendo sin sentirlo, como crece la hierba. No sabías el significado de la palabra melancolía -o tal vez sí- ni sabías de la palabra anhelo -pero lo conocías bien-. Y todo te parecía poco y todo te parecía lejos y te pasaba -como también ahora- que no podías comprender que se vive mientras se vive. Charlotte, el personaje de ‘Sonata de otoño’, que verías años después, lo dice así: «A veces, cuando estoy despierta por la noche, me pregunto si he vivido. Y me pregunto si le pasa lo mismo a todo el mundo o si hay gente que tiene más talento para vivir que otros». Esperas tener ese talento.
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