Somos una y somos todas

Mi amiga Cristina dice que lo peor de las primeras veces son las últimas. Esta es mi última columna de 2019 y me hace acordarme de la primera. ‘Cuántas más’ era su nombre y, al mismo tiempo, la pregunta que casi cinco meses después me sigo haciendo. Según los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, actualizados el día cuatro de diciembre, son cincuenta y cinco las mujeres asesinadas este año y 1.033 las que se han contabilizado oficialmente desde el 1 de enero de 2003.

Ellas son únicamente las asesinadas por sus parejas o exparejas, pero hay muchas más, como fueron Diana Quer o Laura Luelmo el pasado año, cuya muerte ha sido perpetrada por terceras personas o desconocidos y que, por tanto, no forman parte de estas cifras oficiales. Si el dato ya es escalofriante de por sí, y más teniendo en cuenta que no deja de aumentar desde 2017, imaginad si se contabilizaran también estas otras víctimas. Y ellas no son las únicas, aunque sí sean las mortales. Hay otras que han vivido abusos, otras que han sido sexualmente agredidas, otras que han sufrido sextorsión y así infinitamente. Tan infinitamente que muchas veces ni nos creen pese a la obviedad de las pruebas o del propio sentido común.

Por suerte, cada vez hay menos personas, ya seamos mujeres u hombres, que nos quedamos calladas ante esta situación y que, de una u otra forma, reivindicamos que esto no puede seguir ocurriendo; que el machismo no se puede negar ni normalizar. Sinceramente, creo que desde los medios de comunicación se puede hacer un gran trabajo. Compañeros, usémoslos como es debido y que no se pueda hablar de un periodismo basura que da la vuelta a los casos de violencia machista y que culpabiliza a las víctimas debido a titulares sensacionalistas, términos mal empleados o a una mera reproducción de ciertas voces sin contrastar y criticar la veracidad de sus argumentos.

Por ello, desde aquí quiero dedicar esta última columna del año a las cincuenta y cinco mujeres asesinadas y a todas las demás víctimas, sea cual sea el caso, de violencia machista.

Si tocan a una, nos tocan a todas.