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¿Somos un pueblo de imbéciles?

19/11/2019
 Actualizado a 19/11/2019
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Mientras veíamos en la tele el abrazo de Pedro y Pablo tras firmar su pacto por un gobierno de coalición, alguien comentó: «Somos un pueblo de imbéciles». Más tarde en los distintos medios informativos hemos podido ver que la casi totalidad de los mismos manifiestan una gran preocupación por el futuro de España. No es cuestión de demonizar al partido socialista que cuenta con miembros ejemplares. Pensamos en alcaldes y concejales que son gente buena y sensata. No quisiéramos que se sintieran ofendidos por criticar a su líder. De hecho grandes figuras del socialismo español también están indignados por la deriva a la que nos está llevando el ansia ilimitada de poder a cualquier precio del todavía presidente en funciones y de su socio preferente. Más aun, hace no muchos días el propio Pedro Sánchez dijo que gobernar con Iglesias le quitaría el sueño. ¿Acaso ahora ya puede dormir tranquilo o es que se conforma con mal dormir con tal de hacerlo en La Moncloa? ¿Podremos los españoles dormir tranquilos? ¿Tendrán los miembros de su partido valentía para poner freno al descalabro a que nos lleva su indeseado líder?

Mientras se daba ese histórico abrazo casi orgiástico entre Sánchez e Iglesias, los mismos medios nos ofrecían imágenes desoladoras de miles de vehículos detenidos impunemente en las fronteras entre España y el resto de Europa, causando tanto daño a gentes que trabajan por el sustento de sus familias. Lo más llamativo es que, en medio de este ambiente de ingobernabilidad, el pueblo ha tenido a través de las urnas la oportunidad para manifestar su descontento y castigar a quienes nos están llevando a la ruina. Cada cual es libre para votar a quien quiera. No obstante el resultado ya lo sabemos. Cada vez peor. ¿Tendrá razón nuestro amigo al decir que somos un pueblo de imbéciles? Hombre… Esto no dejaría de ser una ofensa a muchos votantes, incluso de nuestro querido Bierzo. La respuesta nos la dará el tiempo.

El único consuelo que nos queda es que el inolvidable abrazo sea sencillamente el abrazo del oso y que tal gobierno nunca llegue a ser real, sino una estrategia del Dr. Sánchez para que los demás le dejen gobernar a sus anchas sin necesidad de unirse a los enemigos de España. O que el de la coleta, una vez alcanzadas sus aspiraciones de llegar a la élite de la casta, renuncie a todas sus promesas populistas.

Finalmente evitaremos hablar de cinismo, palabra que viene de can, porque los perros son mucho más nobles que muchos que aspiran a mal gobernarnos.
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