21/06/2022
 Actualizado a 21/06/2022
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«Los mortales somos sombras y ceniza, ¡Sombras y ceniza, Máximo!» decía Antonio Próximo en la película ‘Gladiator’, «sombras y ceniza» era la frase que el maestro sentenciaba a sus gladiadores antes de saltar a la arena y «sombras y ceniza» es la terrible realidad hoy de cerca de 30 mil hectáreas de incalculable valor ecológico, paisajístico y faunístico de La Sierra de la Culebra en la provincia de Zamora, en la región leonesa. Una negra sombra oscurece el alma de sus gentes hoy y ahora, pero su mirada, la que caracteriza a los trabajadores y trabajadoras curtidos en mil batallas que pueblan esta tierra, está puesta ya en un futuro que suponga la recuperación de este paraje único, hogar de nuestra joya faunística, el lobo ibérico. El daño ha sido excesivo, el trabajo y la implicación en su recuperación deben ser proporcionales y el aprendizaje de los errores cometidos es obligatorio porque de no hacerlo volveremos a sufrir las mismas consecuencias. Desgraciadamente ha sido la crónica de una muerte anunciada. Cuando se habla de incendios, es frecuente escuchar que «contra el fuego se lucha todo el año», se habla de la importancia de los trabajos silvopastorales, porque un monte que se trabaja no arde. Estamos todos de acuerdo. Pero es necesario llevar a cabo medidas concretas en el territorio. Castilla y León es la comunidad de España con mayor superficie forestal, tenemos 3 veces más superficie forestal que la media española, 6 veces más que la media europea, 2 veces más que la media mundial. No vale con culpar después al cambio climático, los medios necesarios deben de estar siempre dispuestos por responsabilidad, porque la emergencia climática desgraciadamente es ya irreversible y los fenómenos meteorológicos extremos deben estar en la agenda posible de todos los gobiernos.

Hemos comprobado, otra vez, de la peor manera posible que un buen dispositivo de emergencias 100% público es necesario todo el año y que con una correcta gestión su labor sería imprescindible. La lucha contra el fuego no se puede limitar al periodo de verano, hay que ampliar la temporalidad de la presencia de los trabajadores que dependen de la junta y trabajan en la BRIF.

La política de recursos humanos de la Junta de Castilla y León con los trabajadores del operativo de prevención y extinción de incendios ni fija población en el territorio, ni crea empleo, ni garantiza una actuación eficaz en las emergencias. La Junta de Castilla y León apuesta desde hace décadas por un modelo mixto, muy barato, con predominio de la parte privada, en el que, una vez finalizada la campaña, manda al paro al 65% de personas de las cuadrillas, cada vez destina menos medios, y estos medios cada vez más privados tienen una gran disparidad de condiciones laborales en función de la empresa contratada. De la misma forma, demandan más formación, que es escasa, ya que sólo pueden acceder a la escuela de la Administración cuando están trabajando, algo para lo que no tienen tiempo, pero posteriormente se les da de baja como empleados públicos y pierden la posibilidad. Si la Junta y el consejero leonés del área consideran que mantener el operativo todo el año es un despilfarro, podemos calcular el coste de la restauración de las casi 30 mil hectáreas quemadas y de las pérdidas económicas causadas en el incendio, sin contar con la tierra y la vida arrasadas de valor incalculable. ¿Cómo puede La Junta de Castilla y León empecinarse tanto en negar la mayor en cuanto a estas necesidades, a un operativo todo el año, a la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores que fijaría población y prevendría desastres? ¿No ven la realidad que desgraciadamente vivimos en materia de emergencia climática? Sierra de La Paramera, Sierra Bermeja, La Palma, La Sierra de la Culebra… Es urgente. Hay que prevenir antes de lamentar. Resurgirás de tus cenizas con la bravura de tus gentes, querida Sierra de la Culebra, con el porte, la belleza y la mirada enigmática del rey de la montaña, tu habitante más fiel, el lobo ibérico.

María Rodríguez es doctora en Veterinaria por la Universidad de León (ULE).
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