Soluciones para el Bierzo

El desplome de la economía berciana está acompañado de una reclamación de soluciones débil. Al menos a mí me lo parece porque quienes claman por una atención especial no ponen énfasis en el conjunto de soluciones concretas y coordinadas que darían salida a la complicada coyuntura del oeste provincial. Parece como si las reflexiones en términos ‘ponferradocéntricos’ partiesen mayoritariamente de determinados círculos de reflexión de León capital.

Ponferrada es una ciudad del tamaño de Zamora, lo que en cualquier planificación autonómica debe darle un carácter de capital. Es el motor económico de su ámbito, como lo son actualmente otras las urbes. Tiene un enorme hándicap, que es la vecindad con Galicia. La provincia que peor se comporta de España en términos de demografía, ocupación y renta es Orense. Lugo está entre las peores. En consecuencia la contigüidad es un problema. Las políticas gallegas en ese espacio han sido pésimas. No se ve alternativas ni capacidad para generarlas por parte de la Xunta y eso perjudica gravemente a todo León, pero daña más al área de Ponferrada. Por eso debemos tener estrategias propias que nos permitan reclamar con criterio y concreción lo que se requiere.

Necesitamos que Ponferrada disponga de la autovía al Barco de Valdeorras porque esa comarca es su zona de influencia. Por supuesto debe proseguir en segunda instancia hasta Monforte de Lemos para completar un corredor hacia la costa pontevedresa, donde se encuentra la médula industrial del sur gallego.

La comunicación hacia el norte con Asturias, buscando la salida hacia el mar y a su autovía costera en el occidente asturiano, es prioritaria. Igualmente la conexión con Braganza a través de túneles que comuniquen con La Cabrera y Sanabria es imprescindible para desarrollar el potencial de la ciudad. En esta vertiente hay que destacar que la reivindicación de comunicaciones desde Ponferrada ha perdido fuelle y sigue siendo crucial para ganar competitividad.

Otro aspecto importante es la rápida reutilización de los espacios degradados por la actividad minera para otras actividades. Para eso hay que reclamar beneficios fiscales para la implantación de actividades de generación que sean sostenibles. Poco se puede degradar un cielo abierto debido a su conversión en un campo fotovoltaico por ejemplo. La recuperación de parte del patrimonio industrial como un elemento valorizable para el ocio es otra de las peticiones inmediatas que deberían activarse. Utilizar estos espacios para las actividades de aventura o de musealización viva es una oportunidad en este momento.