Sólo si nos tocan el bolsillo

Cuantas veces hemos dicho u oído aquello de ‘es que van a pillar’ cuando vemos el radar en la carretera o a alguien le llega una multa. Sin embargo, no sé en otros países o cultura, aquí está clarísimo que esa es la única manera de que cumplamos las normas: si existe el temor a que nos toquen el bolsillo.

El ejemplo más claro lo vemos con el tan manido tema de las mascarillas, que por cierto aunque también aquí haya excepciones estamos tomándonos en León mucho más en serio que en otras ciudades, no por lo que se vea en determinadas imágenes que pueden ser de hechos aislados (como aquí el pub que llegó a salir en telediarios nacionales con todo el mundo en la pista) sino por lo que dicen personas que hasta ahora no habían podido regresar a tierras leonesas.

Sin embargo, todavía hay quien cree que lo del virus no va con él o que no pasa nada, demostrando la impresionante capacidad de olvido ante algo que nos ha tenido meses confinados y por lo que aún pagamos las consecuencias, y de falta de empatía pues no son sólo para ti las consecuencias si te contagias.

Rebrotes va a haber, por bien que lo hagamos es indudable, entre otras cosas porque ahora se hacen mucho más test y se descubre a los asintomáticos, por lo que no son comparables estas cifras con las de marzo, pero hay que poner todo de nuestra mano para evitarlos y eso sólo se consigue si se empieza a multarindiscriminadamente en todos esos escenarios en los que ves grandes grupos de gente pasando de normas.

No obstante, eso se aplica también cada verano, cuando el tráfico aumenta, a la gran mayoría de pueblos de la provincia y sus ‘50’ de velocidad, que están por algo porque es habitual encontrarte en ellos animales o gente paseando al lado de la carretera, pero que muchos deciden ignorar convirtiéndolo en su particular tramo de rally.

No a cinco metros de la señal, sino en medio del pueblo para que a quien caces sea a la gente que realmente genera un peligro, pero por mucho que a veces te pueda fastidiar si te toca, hay que ser conscientes de que esa es la única manera de que se respete. Si dejamos que recaiga en nuestra responsabilidad...