Solo Prioro es 'El Maracaná'

La localidad de la cabecera del Cea ha acogido algunos de los corros con más público de la historia y además entendido, ganando con ello el sobrenombre de Maracaná

Fulgencio Fernández
25/07/2020
 Actualizado a 25/07/2020
En 1987 los hermanos Escanciano batieron un récord al competir seis hermanos en el mismo corro, de Prioro: Alfonso, Benito, Juan Carlos, Che, Agustín y Chencho.
En 1987 los hermanos Escanciano batieron un récord al competir seis hermanos en el mismo corro, de Prioro: Alfonso, Benito, Juan Carlos, Che, Agustín y Chencho.
«En Prioro, o cura o pastor... y luchador». Lo decía la tradición de este lugar donde lo habitual era ser cura o pastor, una cosa u otra, pero también eras luchador aunque fueras una de las otras dos cosas.

En Prioro la lucha —luche, dicen ellos— es mucho más que un deporte. Allí las ordenanzas contemplaban entrenar para defender el honor del pueblo el día de Nuestra Señora, la hacendera arreglar la pradera del corro, la tradición mandaba luchar a los mozos y no tanto; así era posible que en los años veinte bajaran 120 luchadores hasta Morgovejo para un esperado desafío.

Las leyendas de la lucha nacían allí con nombre de pastor, como fue Crescencio El Pastor, aquel que fueron a buscar a la majada cuando el corro se puso difícil y él fue tirando uno tras otro hasta veinte. Pero, además de las leyendas, todos los mozos eran luchadores, y buenos, como eran cantantes de las rondas. Y buenos.

Y la tradición se iba renovando. De unas generaciones a otras y un buen día, en 1987, en el corro de Prioro lucharon seis nietos del pastor Crescenmcio, los seis hermanos Escanciano; y uno de ellos, de los más pequeños, Agustín, se llevó la victoria derrotando en la final a quien ya comenzaba a ser una leyenda de la época: Anastasio Prieto, El Gato de Taranilla.

Pero no solo aportaba luchadores en la hierba. En pocos lugares las gradas se abarrotaban como en Prioro —2.500 o 3.000 personas eran habituales— y además de gente entendida, aunque los de la Ribera se quejaban de que eran «cerrados de la Montaña, de los suyos». La vieja historia. Pero aquellos llenos en la grada le sirvieron a Prioro para ganarse el sobrenombre de El Maracaná de la Lucha, comparándolo con el estadio brasileño de fútbol que más espectadores alberga.

Prioro sigue siendo otra historia; bien es cierto que necesitan luchadores que cojan el relevo de El Che. Guti podría hacerlo. Rodri debería hacerlo.
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