Solo carnes selectas, buena leña de roble y el frío de la montaña

Rescatando la tradición chacinera, Vegacervera ha sabido traer al presente y hacer que su futuro esté ligado a las carnes curadas y a los embutidos

Estefanía Niño
11/11/2022
 Actualizado a 11/11/2022
La cecina de chivo no es solo todo un manjar, también es desde hace años el mejor embajador para el municipio de Vegacervera. | DANIEL MARTÍN
La cecina de chivo no es solo todo un manjar, también es desde hace años el mejor embajador para el municipio de Vegacervera. | DANIEL MARTÍN
La localidad de Vegacervera se viste de fiesta durante todo este fin de semana con motivo de la XXXI Feria de la Cecina de Chivo. Un evento multitudinario detrás del que hay una gran apuesta. Hace más de tres décadas el municipio daba un paso al frente por el sector agroalimentario. El resultado, habla por sí solo. La cecina de chivo ha conseguido llevar a todos los rincones el apellido ‘Vegacervera’ y no es solo un gran embajador de esta comarca y de la montaña, sino que se ha convertido en uno de los productos más valorados de la despensa leonesa.

La cecina de chivo tiene su propia feria, dos jornadas que cada mes de noviembre giran en torno a este producto autóctono y con un sabor único. Pero, ¿cuáles son las claves de este majar? La sencillez y la calidad avalan el éxito, y es que en la elaboración de la cecina de chivo de Vegacervera destacan tres premisas: carnes selectas, leña de roble, y frío de montaña.
Rescatando la vieja tradición chacinera de matanzas y curados, Vegacervera ha sabido traer al presente y hacer que su futuro esté ligado a los embutidos y carnes curadas, especialmente la cecina de chivo, o de castrón, o como se cita popularmente, de ‘Dios nos libre’.

La tradición y arraigo con los que cuenta la provincia de León en la elaboración de cecina de chivo está documentada desde el Siglo I. La unión de la tradición y las condiciones climáticas de la zona proporcionan un producto único y singular.

Características


En el aspecto exterior encontramos un color tostado, parcialmente rojizo, ligeramente oscuro, propio del proceso de elaboración. Al corte, tiene distintas tonalidades de color, desde un color cereza a granate, y presenta un ligero veteado de grasa que le proporciona su jugosidad característica. Si hablamos del sabor y el aroma, destaca un sabor peculiar como resultado del efecto del adobado y ahumado en el proceso de maduración, poco salada, de consistencia fibrosa, y con un aroma característico a las especias naturales utilizadas. Su textura es homogénea, poco fibrosa y sin pastosidad ni reblandecimiento en el caso de las piezas consumidas en seco, y hebrosa y jugosa no homogénea cuando el producto se consume cocido.
Archivado en
Lo más leído