Software medianamente inteligente

Alfredo Arias
13/08/2018
 Actualizado a 11/09/2019
Con el objetivo de preservar de contaminación ambiental y conseguir una mejor calidad de vida de las personas que viven en el área afectada por la regulación especial de tráfico, denominada “Casco Histórico” el Ayuntamiento ha puesto en marcha un nuevo sistema de vigilancia del tráfico que sustituye los bolardos por cámaras de lectura de matrículas.

Esto no responde a un afan recaudatorio, nada que ver con la operación enredadera en la que se falseaban los índices de siniestrabilidad al objeto de convertir en puntos negros los que no eran. Bien se ha hecho saber que la empresa Kapsch Traficcom Transportation SLU (antigua Telvent) no guarda relación con el malvado software GESPOL aunque tengan las mismas funciones y objetivos.

Que esta ciudad con tanto radar y semáforos con foto-rojo hace aflorar la idea de responder a una estrategia de seguridad víal, uno puede imaginarse que con estos sistemas podremos optar al premio de la ciudad más segura del mundo.

Que el Ayuntamiento invierta 3,5 millones de euros en estos dispositivos y su software nos muestra lo verdaderamente preocupados que están por nuestra seguridad. Los beneficios de esa empresa por la venta, la gestión y el mantenimiento son el coste de nuestra seguridad.

Quien redacta estas palabras conduce un taxi y recientemente ha recibido varias multas por acceder al casco histórico para realizar la actividad propia del servicio. Tan convecido como estaba del software inteligente que se ha sorprendido. El art 12 de la ordenanza sobre la regulación del tráfico en el casco histórico permite el acceso a los vehículos destinados al servicio de Auto-Taxi ¿Cómo es posible que el software moderno e inteligente no sepa esto? Incluso en las denuncias se imprime una fotografía del vehículo al que se sanciona y, obviamente, se aprecia que es un taxi por su rotulación y el módulo del techo.

El problema radica en que el software únicamente lee la matrícula y la comprueba en una base de datos que, en caso de no figurar, crea la sanción. Ninguna persona gestiona esto, solo el software.

La normativa permite el acceso para las labores de carga y descarga, a los residentes, a los usuarios de cocheras o garajes, a los titulares de establecimientos, a los usuarios de hoteles, al servicio de urgencias del Hospital Nuestra señora de Regla, a centros educativos y a los vehículos que transporten a personas mayores de 65 años que por razones justificadas precisen del mismo.

Ahora bien, tener que inscribir la matrícula previamente en un registro, además de no estar informado adecuadamente, obliga al engorroso proceso de asumir ser sancionado y luego presentar alegaciones, cruzando los dedos para que sean estimadas, por que en las ocasines que quien acceda provenga de una localidad ajena y desconozca el procedimiento será responsable de la sanción aún en el supuesto de no actuar de mala fe o infringir deliberadamente una normativa de tráfico.

El software será medianamente inteligente, pero no todas las variables se han tenido en cuenta... o tal vez si.
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