25/07/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Hay una jugada en el rugby que suele ser la de la impotencia. Cuando la cosa está tan enmarañada que el ‘apertura’, (el más listo del equipo), no sabe que hacer, coge el oval y le da una patada muy alta pero poco profunda y hace que sus ‘delanteros’, (los más pesados y menos ágiles de los 15), se lancen como locos a por la pelota, sabiendo que tendrán que pegarse con los del equipo contrario sin tregua y sin condiciones. Se llama ‘patada a seguir’. Como digo, esta jugada es necesaria para aliviar la presión a la que le tiene sometido el adversario. No suele ser demasiado productiva, pero logra el objetivo primordial, que es alejar el balón de su linea de ensayo.

Lo mismo, cree uno, está sucediendo en el país estos días, a cuenta del debate de investidura que tiene al señor Sánchez como protagonista. Creo sinceramente que la social-democracia ha cumplido de sobra con su misión histórica. En realidad, esta corriente de pensamiento político, tan fundamental en la Europa de la posguerra, ha desaparecido, de facto, en todos los países europeos menos en España y Portugal. Los socialistas tuvieron sentido hasta que murió, de muerte natural, el bloque de los países comunistas. Durante toda la guerra fría, implantaron un modo de hacer política que sirvió para que el comunismo no venciera en Alemania, Italia, Francia, Holanda, etc. Consiguieron, en estos países, todos los avances sociales que, por desgracia, los comunistas nunca alcanzaron, obnubilados en repartir la pobreza. Sirvieron, por tanto, como dique de contención de los diablos rusos. Cuándo la Unión Soviética desapareció, dejaron de tener sentido y, poco a poco, han ido perdiendo el poder en la mayoría de los países antes citados. Tarde o temprano también en España y en Portugal serán relegados por nuevas corrientes de pensamiento de izquierda. En cualquier caso, ¿qué es ser de izquierdas en 2019? Pues, cree uno, tener la picha hecha un lio. Al quedarse sin los referentes habituales, (defender a los obreros, esencialmente), se han decidido a tirar para adelante y se dedican a lanzar una sucesión inacabable de ‘patadas a seguir’: el feminismo, la igualdad de género, Franco, leves insinuaciones de ecologismo «ma non tropo» y pare usted de contar. A ver, que uno está de acuerdo con todas ellas y tiene claro que su cumplimiento y desarrollo es, o debería ser, ambición de la sociedad en su conjunto. De todos. Que unos pocos quieran tener su exclusiva me parece mezquino.

Otra razón por la que los socialistas gobiernan en España, es porque sus contrincantes del centro y de la derecha son unos inútiles de marca mayor y eso que sólo trabajan a tiempo parcial. Encima de robar lo que no está escrito, que lo han hecho, no saben venderse. No tienen, para su desgracia, memoria histórica y no saben rebatir los argumentos que la izquierda dice en su contra, cuándo sería la cosa más sencilla de mundo. Y van y se presentan a las elecciones enfadados entre ellos, como si fueran novios adolescentes estúpidos y primerizos. Así les ha ido. Merecen lo que tienen, sin duda alguna, y no les vendrá nada mal estar diez o quince años en el banquillo de los suplentes.

Lo jodido del asunto es que, no tardando, les vamos a añorar... como se añoran los cuentos que nos contaban las abuelas cuando éramos niños. Por muy bien que lo hagan (que no lo van a hacer) los socialistas meterán la pata una y otra vez. El que les manda, el señor Sánchez, es un pobre inútil, henchido de orgullo y de soberbia, incapaz de mirar más allá de sus miedos y prejuicios. Es, por desgracia para nosotros, el ‘tonto útil’ que nos mentó, hace más de un siglo, el señor Lenin. ¿Cómo se puede ser tan desahogado y pedir los votos de Podemos, necesarios para que pueda seguir mandando, sin estar dispuesto a dar nada a cambio? ¿Cómo se puede tratar de imponer ‘líneas rojas’ a sus aliados? ¿Cómo se puede vetar el nombre de Iglesias para que forme parte del Consejo de Ministros y, a la vez, admitir el de sus secuaces más íntimos para el mismo cargo? Se tiene que ser muy fatuo para pensar así. Se tiene que tener una ambición desmedida, una bajeza moral inacabable, un despotismo inenarrable. Él tiene todo esto y bastante más. ¡Joder, chico, si no te cae bien el señor Iglesias y lo que representa, pues es bien fácil: búscate otros aliados. No hagas, por el contrario, el paripé y deja ya el papel de mocita virtuosa que desdeña a sus pretendientes pero que sigue obsesionada con follar a toda costa. Para eso, querido Presidente, para lograr llegar al orgasmo, se han inventado miles de aparatos que te alivian la soledad.

En fin... que paséis un largo y relajado mes de agosto.
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