Sobre yacimientos romanos

Una ruta algo perdida en las Omañas, donde las referencias de Alberto Álvarez Ruiz en su libro ‘Omaña, 40 rutas a pie’ ya no son válidas

Vicente García
02/06/2017
 Actualizado a 13/09/2019
La referencia de los tres pinos. | VICENTE GARCÍA
La referencia de los tres pinos. | VICENTE GARCÍA
En su libro Omaña, 40 rutas a pie de Alberto Álvarez Ruiz, editado por Calecha, se plantea la ruta denominada: ‘Explotaciones romanas de Paladín’, donde tras la ascensión al Chano el autor propone dar unas vueltas por este lugar con unas referencias que ya no son válidas, pues los caminos están comidos por la maleza, las tierras labradas no están en labor y la carqueixa está bastante crecida, pero lo más importante es que las explotaciones mineras se ven con dificultad debido al crecimiento del matorral, en especial la escoba y el brezo.

Sin embargo, a pesar de todo es un excelente punto de partida y referencias como las antenas o los tres pinos siguen siendo muy válidas, pero la vuelta se ha preferido en este caso realizarla por el arroyo Valdealavilla que va a dar al río Omaña casi frente a la Utrera. La vuelta a Paladín es un corto camino muy bonito y todo ello en un recorrido que pasa poco de los 7 kilómetros. Hay que indicar que hay tramos en los que hay que tener cuidado con la maleza, sobre todo al finalizar el cortafuegos y en los cruces de los arroyos.

Desarrollo de la ruta


El comienzo de la ruta se sitúa en la localidad de Paladín, donde hay que tomar una de las primeras calles a la izquierda, y cuando finaliza subir por una zona herbosa hasta llegar a un camino que cruza perpendicular a la subida que se trae. Se sigue hacia la derecha y en el punto que comienza a bajar un poco para ir hacia el depósito se coge una trocha que han invadido las escobas y se sube siguiendo las trazas de camino, que va por el centro de la vega y sigue un poco hacia la derecha siempre entre matorral para continuar hacia arriba donde se ven perfectamente las antenas. No conviene ir hacia las calvas de la izquierda ni hacia la frondosidad de la vaguada de la derecha.

Cuando se pasa la zona de matorral, que llega un poco más arriba de la cintura, pero sigue un sendero existente, se va acercando poco a poco a las antenas, hasta que al final hay un tramo un poco más pindio que desemboca en la antena grande y en otra más pequeña. En esta zona hay caminos que se pueden andar, entre la carqueixa, pero conviene no perder el rumbo y enfilar hacia los tres pinos donde se encuentra el camino. Quien no desee vagar puede seguir el mismo camino sin descenso, llegar a los tres pinos y continuar un buen trecho hasta que el camino llega a un cruce donde se ve la carretera un poco más abajo. Quien se de por satisfecho puede descender hasta la carretera y volver a Paladín, pero quien no, tomará el camino en dirección contraria en una zona llana y pedregosa, el Carrizal, hasta que hay un nuevo cruce con una valla bastante oxidada. No se cruza la valla sino que se sigue el camino que en la primera vaguada se convierte en cortafuegos y luego tras un buen tramo finaliza en un talud pindio que hay que descender entre brezos hasta el cauce del arroyo, cruzando hacia la otra ribera donde hay trazas de senda que se sigue hasta cruzar de nuevo el arroyo, siempre entre escobas pero con trocha. Se baja por el otro lado y se continúa hasta llegar a la unión con el arroyo principal de Valdelavilla. Es necesario cruzar de nuevo el arroyo y seguir por sendas la bajada. Otro cruce más lleva a un mejor camino aunque hay que cruzar de nuevo hasta llegar a un pinar en la vega del Omaña donde se sigue hacia la izquierda, hasta ver una pequeña presa en el río de la que parte una acequia con un buen camino a su derecha. Es necesario seguir este camino hasta el puente que sale a la carretera, seguir la carretera un tramo con el hermoso roquedos de la Piñona a la izquierda hasta llegar a la Utrera, donde se entra en el pueblo y se toma, al lado de un parque infantil, el camino que va a Paladín, entre sotos y vegas con un estupendo puente colgante y un tramo horadado en la roca, que llega al pueblo donde finaliza la ruta.
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