Sinsabores de agosto

La palabra ‘bueno’ este año pocas veces puede ser aplicable al mes de agosto en lo concerniente a España. Un cúmulo de circunstancias hay que preocupan, ennegrecen,enlutecen o rozan a todos,a bastantes o a unos pocos cuando menos. Lo sabemos. Lo sabemos y en algunos casos lo vivimos directamente o solidarios en la tragedia, la desesperación y una angustia conducente a un pesimismo probablemente largo en tantas ocasiones. De ahí que a veces sintamos como una arremetida contra personas o elementos considerados causantes de tales desgracias incluso en lo más profundo del subconsciente. Y aunque no he mencionado todavíaesas situaciones dramáticas que flojean nuestra saludy nuestra esperanza sin duda el lector de estas líneas, con acierto,piensa en el atentado terrorista cometido en Barcelona y Cambrils por una célula yihadista el 17 de dicho mes, algo que le ha servido al consejero catalán de InteriorJoaquim Forn para incidir en el asunto del independentismo distinguiendo penosamente, imperdonablemente entre víctimas catalanas y víctimas españolas, algo que no, no tocaba, al menos en ese instante.

Sin duda el lector de estas líneas piensa en el atentado terrorista catalán y cómo no en el incendio tal vez provocado que arrasó La Cabrera llegando a poner en peligro la vida de los lugareños.

Agosto, agosto, terrorismo yihadista y fuego despiadado más nubes lloviznantes y por momentos descontroladas próximo a su cierre que han convertido en un lodazal la tierra cabreiresa junto con una desbocada granizada que ha atacado con dureza el lúpulo, las legumbres, el maíz y los frutales. No obstante, nos quedan algunos consuelos o alivios, como el éxito de la 58 edición del Gran Premio de la Bañeza, dedicado al 12 + 1 veces campeón del mundo, Ángel Nieto; el estreno de la Cultural en Segunda División; el Ademar, airoso en la lista de la Champions League y con la I Copa de Castilla y León flamante en sus manos; las exitosas jornadas artísticas con el pintor Antonio López en Fabero del Bierzo y el éxito renovado de los IX Versos en el Hayedo de Busmayor. Eso sin olvidarque en el pequeño mundo de cada uno existen algunos gozos o disfrutes recientes o próximos y que yo, a diferencia de muchos que no tienen miedo (“No tinc por”, asírezaba el lema de la manifestación barcelonesa)sí tengo miedo, miedo a que brote el odio, máxime cuando en la calle y en la mismas redes sociales una se encuentra hasta con algunos curas católicos cuyas homilías están plagadas de él. Yo sí tengo miedo. Un miedo a espuertas provocado por los sembradores del odio.