Hay más perros que niños en León.
Se ha visto a hombres talludos
recogiendo sus excrementos
(como si cagasen oro
o trencillas de seda)
en el azar de los jardines.
Antaño,
los niños traían un pan bajo el brazo
(y una almohada de plumas y sol).
Pero ahora
ya no quedan niños,
ni ruecas,
ni cielos dentro de los zapatos.
Finalmente,
después de negras vicisitudes,
somos un canto a la extinción.
Sin niños
08/10/2022
Actualizado a
08/10/2022
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