Sin miedo a emprender desde cero

Lucía Villazala y Noelia de Paz apostaron por el medio rural para desarrollar sus proyectos que ahora se han convertido en su medio de vida

Alejandro Rodríguez
15/12/2022
 Actualizado a 15/12/2022
A la izquierda, Noelia de Paz de LaOsa Vinos, y a la derecha, Lucía Villazala en su explotación de pollos. | L.N.C.
A la izquierda, Noelia de Paz de LaOsa Vinos, y a la derecha, Lucía Villazala en su explotación de pollos. | L.N.C.
Emprender un nuevo proyecto desde cero siempre genera muchos miedos y, puede que, incertidumbre, si se lleva a cabo en el medio rural. Sin embargo, son muchos los ejemplos de que con pasión, ilusión y dedicación todo se puede sacar adelante, como es el caso de Lucía Villazala que decidió abrir una granja de pollos en Valdefuentes del Páramo y de Noelia de Paz que puso en marcha la bodega de vinos LaOsa en Ardón.

Nueva aventura


En el caso de Lucía Villazala, natural de Valdefuentes del Páramo pero residente en La Bañeza, durante mucho tiempo trabajó como auxiliar de enfermería en diferentes clínicas o residencias, pero ante las malas condiciones laborales justo en el momento en el que se quedó embarazada decidió darle un giro a su vida. Fue así como junto a su pareja que ya trabajaba como agricultor, apostó por construir conjuntamente una explotación de pollos en Valdefuentes del Páramo y ahora ambos cuentan con una titularidad compartida agrícola y ganadera.

«Decidimos poner en marcha la granja de pollos ante las dificultades que me iba a ocasionar compaginar el trabajo que tenía que era la mayor parte a tiempo partido con el cuidado de mi hijo», explica Lucía, que detalla que «empezamos a funcionar con la granja en mayo de 2020 en plena pandemia y pese a que nos costó mucho el tema burocrático, una vez que ves tu proyecto propio funcionando es muy gratificante».

Una gran explotación en la que cría más de 37.000 aves para su engorde y su posterior comercialización, pero que asegura que es una decisión de la que no se arrepiente. «Nunca me había dedicado a este mundo, pero en seguida le cogí el encanto», asevera Lucía, que se muestra «muy contenta» de la «libertad» que tiene con este trabajo: «Al ser la dueña de la explotación junto con mi marido tenemos la ventaja de turnarnos como queremos sin tener que depender de nadie como en cualquier otro trabajo en el que tienes que cumplir con un horario fijo».

Por último, concluye que «es un trabajo duro pero a la vez cómodo, porque puedo controlar muchas cosas desde una aplicación del móvil desde casa si tengo que estar con el niño, por ejemplo».

Vocación por el vino


Por su parte, Noelia de Paz, natural de Santa María del Páramo, tras muchos años trabajando en una bodega de vinos, apostó por embarcarse en su propio proyecto a través de LaOsa Vinos.

«Empecé el proyecto en 2015 sin bodega propia hasta el año 2019 que adquiero en el pueblo de Ardón una antigua bodega de tierra, donde ya se elaboraba y comercializaba vino desde los años 50», explica Noelia.

Con este espacio singular LaOsa consigue dar empaque al proyecto y a su filosofía que es poner en valor la zona, sus variedades y el respeto por las formas de trabajo tradicionales.
Sin viñedo propio, pero apostando por favorecer la actividad económica comprando a pequeños viticultores de la zona la uva para hacer sus caldos, de las variedades prieto picudo y albarín y con una producción de unas 16.000 botellas que triunfan especialmente en Estados Unidos.

«En mis vinos quiero expresar y transmitir las bondades de nuestro terruño, el clima y la franqueza de nuestras variedades autóctonas albarín y prieto picudo», apunta Noelia que emprendió este proyecto a raíz de su gran vocación por el mundo vitivinícola.

«Encantada» con su bodega LaOsa Vinos, cree que «es necesario sentir apego y nostalgia por los pueblos para poder emprender este tipo de proyectos que siempre te acaban dando más de lo que tú das».
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