Sin lugar a dudas

Sin lugar a dudas, en León abunda y con exceso, actos de mucho atrevimiento. Y me reitero, sin lugar a dudas, pues cualquier acto de creación requiere de un espacio propio dentro de la psiqueen la que se produce, hablo, sin lugar a dudas, de la propia reflexión, de la meditación previa a cualquier tipo de manifestación artística.

La falta de interiorización provoca resultados obvios de decadencia, consecuencia de un atrevimiento que cada día se hace más patente en los espacios de nuestra ciudad, dando por válida cualquier ocurrencia que, sin lugar a dudas, nos hace un flaco favor y favorece un mercantilismo poco apropiado.

No es ninguna novedad que en la provincia de León, nadamos en abundancia creativa, convirtiéndose en nuestra segunda piel, una seña de identidad que debemos salvaguardar si no queremos que el tiempo nos pase factura, porque los amiguismos nunca fueron buenos y no son pocas las voces que se jactan de atrevimiento, petulantes de ala ancha haciendo alarde de arrogancia y engreimiento. Déjenme decirles que no todo vale, que las carencias empiezan en uno mismo y por mucho que se empeñen, ríndanse, que ya no cuela y hagan cuenta que la creatividad no emerge por si sola, ni puede manifestarse sin antes rendirle obligación a un fin superior, la autocrítica y someter a consideración el ‘todo vale’.

Nos encontramos delante de la condena del reposo y la reflexión, son muchos los temerarios que alzan banderas apuntando siempre a lo más alto, conduciéndonos al fragor de la batalla que se cierne sobre nosotros, despojo y creatividad unidos de la mano, conscientes de su lucha, hacen del ego su rey.

Escribo estas líneas abatido, una gran tristeza se apodera de mi cuando la falta de justicia ética otorga títulos a aquellos incapaces de encontrar significado a la necesidad de existir.

Comentaba un buen amigo mio, sin lugar a dudas, todos en algún momento de nuestra vida podemos ser capaces de crear una buena obra, original, útil o valiosa. Lo que realmente es difícil es volver a repetir el ingenio, por lo que el acto creativo deja de aflorar y mientras que no se cultive,este se desvanece en el aire como si nunca hubiera existido.

Cada vez con más frecuencia, vemos como una mala jugada del ego lleva a individuos a autoproclamarse creadores en actos de mucho atrevimiento, sin llegar a pensar en ningún momento, que los experimentos mejor hacerlos siempre en casa y con gaseosa, eso sí, mejor con una buena marca no vayamos a caer en lo más estrictamente banal.