A punto de cumplir 92 años, el homenajeado nació en Asturias aunque, con tan solo dos años, llegó a Torre con su familia. Su padre, ferroviario, fue trasladado a esa localidad berciana. Él también comenzó a trabajar en Renfe, y, aunque pudo continuar en la empresa aceptando traslados, decidió quedarse en Torre donde hizo toda su vida. Recuerda su trabajo en las minas de Viloria, a pico y pala en ocasiones, después transportando carbón. Y siempre al lado de Hortensia, su esposa, que ahora abraza a ese hombre generoso con el que Manuel Lamelas no ocultó su amistad y devoción "si hubiera más Luises en el mundo no habría guerras ni habría hambre", dijo, tras el emotivo discurso de reconocimiento del escritor Adolfo Alonso Ares.
Martín Martínez llegaba al homenaje después de una caída pero emocionado con el aplauso de su pueblo que llenó el salón de la sede de la Fundación para arroparle. En Torre lleva 90 años "y he estado muy a gusto", reconoce. En Viloria se jubiló pero ocupó muchos puestos de trabajo en varias empresas. Hoy ve a Torre "muy serio, demasiado", y recuerda cuando "había más alegría. Había cantares todos los días", algo que tiene que ver con el encuentro de trabajadores "siempre ha habido trabajo para todos y ahora se ha acabado para todos", lamentaba.
A lo largo de todo el año pasado, la Fundación ha estado trabajando duro desde su naturaleza sin ánimo de lucro, adhiriendo a sus fines a otros municipios, en principio siete del Bierzo Alto y otros que han querido compartir esa necesidad de recuperar la historia minera.Diez municipios en total y las puertas siguen abiertas, dice Lamelas Viloria, a que los que quieran acercarse a esos fines lo hagan.
Los próximos proyectos pasan por inaugurar la sede de la Fundación, pero será cuando el covid de un respiro.
Para que el Bierzo sea un hub eólico "falta energía de respaldo"
El empuje energético para el Bierzo, con el anuncio de nuevos proyectos eólicos, es para el empresario minero, Lamelas Viloria, el resumen de promesas en campaña electoral "y con el 10% de ellas que llegaran, ya podríamos estar contentos". En tono esperanzador, dice que algo debe llegar "porque más bajo no podemos caer". Pero, desde su visión, reconoce que no ha tirado la toalla "porque la dejadez, la apatía y la falta de ayuda a los emprendedores da pena". Sobre todo por sus hijos y nietos para los que ve un futuro difícil "esto tiene que cambiar, no nos podemos conformar con mínimos o que quien quiera trabajar no le dejen", reconoce. De hecho, el grupo Viloria que él creó sigue adelante "y estamos tocando todos los sectores, mucha energía, mucho proyecto..." y un tema nuevo relacionado con el aprovechamiento de instalaciones térmicas. Pero asegura que no hablan de promesas de miles de empleos "nosotros hablamos de 50 o 100 pero seguros", dice.
En lo concreto, que ahora se hable de convertir al Bierzo en un "hub eólico", reconoce que la comarca tiene ventajas, la infraestructura minera es una de ellas, también las hidráulicas, pero lo que falta es que el aire no falle "el Bierzo está bien posicionado, pero siempre que haya aire... hace falta energía de respaldo", reconoce.