22/07/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Es evidente que la Iglesia (aunque deberíamos irnos acostumbrado a apellidarla, por eso del pluralismo religioso en general y cristiano en particular), es decir, la Iglesia Católica no tiene en general buena prensa en los ambientes sociales de nuestra España. No entro en debate de si con razón o sin razón. El dato es ese: una tecla que suena fácilmente en muchísimos de los que poblamos esta vieja piel de toro es la del anticlericalismo. Con dos excepciones: el mundo de los misioneros y la institución de Cáritas (y con ella, otras que se mueven en el mismo terreno de la solidaridad, la erradicación de las pobrezas, la promoción de las personas y la lucha por la justicia). Esos ámbitos son sagrados. Intocables. Indiscutibles, vamos. Que lo sean por mucho tiempo y ojalá que se amplíen.

Pues resulta que estamos de enhorabuena, porque en estos días ambos, Cáritas y misioneros, serán noticia. El próximo día 27, Cáritas de León inaugurará, a las 12 de la mañana, una tienda de economía solidaria, MODA-RE, en el número 6 de la calle Regidores de la capital. Un pequeño aporte al intento de hacer menguar el número de personas y familias marginadas o con riesgo de exclusión. Que el velero de la iniciativa navegue con viento de popa, que soplará fuerte si todos arrimamos un poco el hombro, o sea, en este caso, la cartera.

Por otro lado, los cerca de mil misioneros y misioneras nacidos en nuestras diócesis de Astorga y León y testigos de la fe en el mundo entero, tienen en estos días inmediatos sendas ocasiones de oro para verse y para que nosotros los veamos. Que si ellos falta tienen de nosotros, a nosotros nos viene pero que muy bien su presencia y su palabra. Es el Día del Misionero Diocesano, que este año tiene como lema ‘Sigue su huella’, la que dejan los pies desnudos de Cristo en el suelo con la impronta de palabras tan sustantivas como Amor, Dios, Vida, Caridad, Alegría, Justicia, Dignidad, Corazón, Paz… Como testigos de la misión evangelizadora en los cinco continentes, unas decenas de ellos y ellas, que estarán pasando una temporada con sus parientes y en sus pueblos de origen, acudirán a un encuentro gozoso y esperanzado. Este jueves, 26, serán los nativos de la diócesis de Astorga, al amparo del manto de la Virgen de las Angustias, en Cacabelos. Y el siguiente jueves, 2 de agosto, serán los de León, a los pies de la Virgen del Camino. A todos, feliz día. Y que alcance también a quienes ahora, quizá a miles de kilómetros, se han convertido en sus nuevas y queridas parentelas.
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