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25/04/2021
 Actualizado a 25/04/2021
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El próximo congreso provincial del PP se está prologando como un culebrón a la española. Intrigas, mandobles a la remanguillé, reuniones embozadas con luz a medio gas, llamadas intempestivas… lo típico en un proceso con más sombras que luces si se trata de alcanzar –o retener, en el caso de algunos– el poder por el atajo de la presión. Y de la arrogancia. Porque hay que oír lo que se maquina en ciertos ambientes de cuestionado fuste, donde los lances y los requiebros verbales son más de espejo que de otra cosa. Los bulos siguen pululandoa una velocidad endiablada y a ver quién los suelta más gordos. Que eso también forma parte de la ‘competición’. Y todo ello, en conjunto, a pesar de que algún ‘cocedero’ muy sofisticado de la calle Cervantes, en la capital leonesa, se encuentre con las puertas entornadas. No tardará en abrirlas.

Del trío de aspirantes dispuestos a asumir la gobernanza del número 25 del Paseo de Salamanca –la sede de los ‘populares’ en León– se auto destaca David Fernández, el ‘acogido’ de Silván. El pretendiente a ‘amo’ no pierde comba. Y, ahora, dadas las circunstancias y sus voceados enredos, intenta ‘venderse’ como la vía salvífica del partido. Inmerso en ese bucle de anhelos personales –que, sin duda, son lícitos- asegura que él es el candidato oficial de Génova. Champán, globos y confeti. Objetivamente, no lo será con la ayuda de José Miguel González, el ex secretario general del partido en la provincia, íntimo de Manolo García, el alcalde de Villaquilambre y también candidato al puesto de mando de la gavina leonesa, a quien han ‘arrastrado’ a la aventura en contra de lo que le indicaba su cuaderno de bitácora. De González dicen –pelillos a la mar y lo pasado olvidado está–, que continúa ‘teniendo mano’ en Madrid.

¿Y de Mañueco, quién es el candidato? Porque Valladolid, utilizando la servidumbre política de Martínez Majo y la complacencia de bodegueros, palmeros y otros satélites acomodados, fue quien ‘tocó’ al regidor del alfoz para cortarle el paso al alcalde de Almanza y senador, Javier Santiago Vélez. Para hacerle fosfatina. Que esa es la motivación de la ‘cla’ desde que se supo de la imposible renovación del ‘embajador’ de la Junta en la presidencia del charrán. Les incomoda el dirigente almanceño. Y les perturba. Santiago Vélez les es molesto porque fusiona una persona joven, brillante, libre de mochilas y sin déficits de ningún tipo. No tiene otro zurrón que el del trabajo y la responsabilidad. Y el de haberse pateado la provincia, enterita, varias veces. Por norma, siempre ha huido de la política dócil y de los abrazos extemporáneos y falsarios. Va a ser muy difícil que lo dejen en la cuneta. Casi imposible. O Inviable.
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