Tras casi dos décadas en la élite del balonmano español, el jugador extranjero con más partidos disputados en la historia de la liga Asobal no tiene claro por dónde pasará su futuro.Y es que el pivote Gonzalo Carou, buque insignia durante más de una decena de temporadas del Abanca Ademar, no sabe si tendrá la opción de continuar en León como es su deseo, ni tampoco si en el caso de no renovar con la escuadra ademarista aceptaría alguna otra oferta para seguir jugando o se retiraría del balonmano profesional.
Es más, si se decantara por esa opción y las ligas no llegaran a reanudarse por la crisis del coronavirus, algo que todavía no se ha descartado, el argentino podría haber jugado ya su último partido, una situación que ya se le ha pasado por la cabeza. «Lo pensé prácticamente desde el principio, que sería feo y desilusionante despedirse así de esta manera. Sería un retiro bastante gris, pero al final lo importante es lo que hiciste en la carrera y no cómo fue tu último partido, y además yo tengo la opción de seguir, peor lo estarán pasando por ejemplo Raúl Entrerríos o Víctor Tomás».
«Lo importante es lo que hiciste en tu carrera y no tu último partido. Me gustaría despedirme en el Ademar» En cualquier caso, el argentino tiene claro que «mi primera opción es seguir en el Ademar, estoy muy a gusto en la ciudad y me gustaría jugar un año más en León sabiendo que es mi última temporada y despedirme en el club en el que estuve 11 años», señalando que en el caso de que no sea posible «hay dos opciones: o dejar de jugar o irme por dos años a otro equipo, no valoraría trasladar a toda mi familia a otro lugar únicamente por un año, así que sería cuestión de ir viendo posibilidades».
No obstante, Carou sí que reconoce que con el paso del tiempo descienden las opciones de continuar. «Era bastante optimista hasta enero, pensé que por rendimiento me iban a decir de seguir, pero la primera vez que hablé con Manolo Cadenas me trasladó que no lo tenía claro y viendo que a algunos jugadores ya se les hicieron propuestas de contrato empiezas a plantearte que o buscan otro jugador o que que yo mismo diga que no sigo».
Y es que Carou asegura que «está claro que, cuanto más tiempo pase, antes voy a empezar a barajar otras opcionesu otras posibilidades de cara al futuro, porque movernos no es cosa de un día y se hace todo más complicado según va pasando el tiempo».
«Hasta enero era optimista, pensé que por rendimiento me dirían de seguir, pero Manolo no lo tenía claro» Y es que tras esa conversación de enero sólo han vuelto a hablar otra vez del asunto de su continuidad. Fue cuando «le dije a Manolo que me había llamado un equipo de Asobal para ver si quería jugar con ellos la próxima temporada, que tenían entendido que no iba a seguir, y le trasladé que no quería enterarme si no van a contar conmigo por un tuit o por la prensa, que si es un no que no habría problema, todos somos profesionales, pero que me merezco un respeto por los años que llevo aquí».
«Espero que la liga se pueda retomar a puerta cerrada, aunque haya que disputar tres partidos por semana» En cualquier caso, Carou confía en que esta misma campaña aún pueda seguir jugando con el Ademar, aunque asume que sería en partidos sin público. «Espero que poco a poco vaya bajando el problema yempiecen a permitir primero entrenamientos colectivos extremando las precauciones y después, tras prepararnos, retomar ya la liga aunque sea a puerta cerrada», apunta el pivote argentino, que estaría dispuesto «a disputar dos o incluso tres partidos por semana si es necesario», si bien ve «mucho más difícil el seguir jugando más allá del fin de los contratos, que para mí y muchos otros jugadores finalizan el 31 de mayo».
«Tenemos un planning de trabajo en casa bastante duro, con sesiones de en torno a dos horas diarias» Por eso, para dentro de las posibilidades que ofrece el entrenar en casa no perder la forma, los jugadores del Ademar llevan a cabo «un planning bastante duro, con dobles sesiones de una hora por la mañana y otra por la tarde», que incluye ejercicios como «distintos tipos de flexiones, brazos, piernas, gomas, trabajos isométricos, abdominales… todo lo que se puede hacer en su casa, ya que de correr no existe la opción». Un trabajo amplio sobre el que Carou no oculta que «es difícil en cuestión de la cabeza, sin saber cuándo se va a poder competir» (ayer se suspendió también la jornada de la próxima jornada), pero que «sirve de bálsamo para matar las horas».
Aunque peor que el pivote lo llevan sus hijos, de tres y seis años, a los que «hay que hacerles entender que no se puede salir a la calle, que no van al colegio ni al parque, que además los dos son muy movidizos». De hecho con ellos se pasa gran parte del tiempo, «jugando por ejemplo a juegos de mesa o cartas con el mayor y peinando muñecas con la pequeña», aprovechando también esta situación «para hacer la memoria del curso de entrenadores y ver alguna película».