Porque no perdía el Ademar tres partidos en la Liga Asobal de forma consecutiva precisamente desde el mes de febrero de 2014, cuando el equipo entonces entrenado por Dani Gordo e inmerso en un periodo de reconstrucción tras rozar la desaparición caía de forma consecutiva ante Huesca, F.C. Barcelona y Cuenca. Con una plantilla de circunstancias por esas restricciones económicas a las que obligaba el concurso de acreedores, el equipo leonés también compaginaba en ese momento competición europea con la liga, en ese caso la Copa EHF en la que como ocurre en la actualidad, encontraba alivio empatando ante el Lugi y ganando al Csurgoi.
Encontrar la anterior racha de tres encuentros consecutivos perdidos obliga ya a irse 11 años atrás, cuando el Ademar perdía contra Barcelona, San Antonio y Valladolid aunque con dos semanas de separación entre medias para afrontar una eliminatoria europea precisamente contra el último rival ademarista en competición continental, el Chekhovskie.
La derrota en Huesca es también la tercera consecutiva lejos del Palacio de los Deportes de León en la competición doméstica, ya que tras caer en el Palau Blaugrana en diciembre el equipo ademarista cortó por lo sano su racha de 15 triunfos consecutivos en liga como visitante. A buen seguro vendrán tiempos mejores.
Sin Copa Asobal por primera vez desde 2013
Otra de las consecuencias de la derrota en Huesca, quizás la menos importante para el Abanca Ademar, es el hecho de que lo ocurrido supone no clasificarse para jugar una Copa Asobal que se suspendió en diciembre y que no tiene fecha aún para disputarse, siendo incluso posible que tenga lugar la próxima temporada. Se trataría, si se celebra, de la primera Copa Asobal de la que se queda fuera el equipo leonés desde 2013, cuando no se clasificó para jugar la cita que se disputó en el Palau Blaugrana.