Sierra-Pambley

Segundo Sierra-Pambley fue un leonés adinerado del siglo XIX, aunque vivió mucho tiempo lejos de esta tierra. Estudió Leyes, y se dedicó a los negocios y a la política: entre otras responsabilidades, fue diputado por León en Madrid y alcanzó la alcaldía de la capital en 1855.

En 1848 ‘preparó’ una casa en la plaza de Regla –enfrente justo de la catedral– en la que viviría con su sobrina Victorina, con quien había programado casarse. Pero el matrimonio nunca se celebró, al preferir Victorina a un caballero asturiano llamado Juan Posada. Y, aunque no lo creas, Segundo no solo no habitó la casa, sino que la dejó tal cual…

Tampoco su sobrino Francisco, hermano de Victorina –que heredó la mayor parte de la fortuna familiar– hizo grandes cambios en la casa. La ocupaba cuando venía a León, sí; pero apenas utilizaba tres de sus estancias: un despacho, un dormitorio… y el retrete, que él mismo mandó instalar en 1912, uno –sin duda– de los primeros que hubo en la capital.

‘Don Paco Sierra’ –así se le conocía– también abogado y político, apostó decididamente por la educación de campesinos y obreros a través de la Fundación Sierra-Pambley y sus escuelas en Villablino, Hospital de Órbigo, León… Se seguía el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, con cuyos dirigentes –Gumersindo de Azcárate, Francisco Giner de los Ríos o Manuel Bartolomé Cossío– mantuvo una gran amistad.

Lo que son las cosas… El revés amoroso de Segundo y las inquietudes de su sobrino –y tras no pocas vicisitudes desde la Guerra Civil hasta la vuelta de la democracia– han hecho posible que podamos hoy ‘acercarnos’ a una parte del León decimonónico, a través de una casa que hace diez años se convirtió en el Museo Sierra-Pambley. ¿Te animas? El último miércoles de cada mes es gratis…

La Biblioteca Azcárate –creada en 1921, dirigida durante años por Antonio González de Lama, y en donde nació la revista Espadaña en 1944–y el archivo, son otros dos pilares sobre los que se erige una Fundación Sierra-Pambley que, aún hoy, sigue apostando por una educación que llegue a todo el mundo. Los cursos gratuitos de español para inmigrantes son un buen ejemplo.