Si se calla el cantor muere la rosa

Tiene esta tierra la enorme suerte de que no le faltan cantores, gentes que ponen su voz a su servicio y que es, además, una voz reconocida y admirada, culta y formada, ‘morida’ de amor por su tierra, en expresión de uno de ellos.

Y, sin embargo, ¿qué pasa? ¿por qué no se escucha esa voz? ¿quién silencia esas palabras que rescatan comportamientos dignos? ¿por qué son otros los que se asoman a las tribunas aunque realmente no dejan la más mínima huella, solo palabras huecas?

Son símbolos tan olvidados como los valores y la nobleza de los fieles mastines, que también fueron leoneses ¿o aún lo son?

Dice la canción que si se calla el cantor calla la vida. «¿Qué ha de ser de la vida, si el que canta / no levanta su voz en las tribunas / por el que sufre, por el que no hay ninguna / razón que lo condene a andar si manta».

Y el cantor no se calla. Ahí está un año más, nos recuerda quiénes y cómo fuimos como pueblo, nos invita a recorrer las mismas sendas.

Algo hace pensar que no calla el cantor, tal vez le callen, tal vez le ignoren, seguramente le apaguen los altavoces, tal vez prefieren obedientes a disidentes, dormidos que despiertaconciencias...

Tal vez no saben que «si se calla el cantor... Muere la rosa».