noemi4.jpg

Si se calla el cantor

11/07/2020
 Actualizado a 11/07/2020
Guardar
Hay una hermosa y conocida canción del argentino Horacio Guarany que Mercedes Sosa interpreta con esa voz que excava adentro y empieza así: «si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida misma es todo un canto». Es función del cantor cantar, recuerdan Guarany y Sosa, porque sólo así se aleja el silencio que viene de no contar las cosas, de no sacarlas afuera.

Recordé la canción escuchando al escritor leonés Abel Aparicio hablar en la Semana Negra de Gijón de las tres novelas cortas que se recogen en ‘¿Dónde está nuestro pan?’. Su presentador, el escritor-policía maragato Alejandro Gallo le preguntó por qué no había aprovechado para alargar cada una de las historias y hacer tres novelas largas, lo que hubiera significado tener trabajo para seis años, por lo menos. «Por compromiso con la gente que me contó esas historias», dijo Abel. Y explicó que una de esas personas, Felicitas, murió en marzo de coronavirus. Así el cantor ha vencido al silencio y eso ha hecho que la voz de Felicitas, de alguna forma, siga viva, porque está en este libro que habla de mujeres mineras y de mujeres que se manifiestan en pleno franquismo para exigir su ración de pan. Mujeres, escribía Abel en la dedicatoria que dejó en mi libro, «que desafiaron al miedo».

La celebración del festival literario de la Semana Negra ha sido una forma de seguir cantando y contando. Literatura de resistencia, enmascarada y con las páginas llenas de gel hidroalcohólico, pero con charlas en las que se ha hablado del horror de esta pandemia, del negocio esclavista que existió en España, de guerras mundiales y locales, de feminicicios, de memoria histórica. Fue el caso de la presentación de ‘La brigada 22’, la novela del leonés Emilio Gancedo sobre el maquis. Su protagonista, junto a los ancianos guerrilleros que todavía en los ochenta resisten en el monte, sin saber que Franco ha muerto, es Paquito Munera. Paquito es lo que se suele llamar un hombre gris. Trabaja en una compañía de seguros y su madre, Guillermina, le recuerda eso de que no se signifique, le pide silencio. Pero Paquito Munera, aunque todavía no lo sabe, es un cantor, y contra eso no hay nada que hacer.
Lo más leído