19/09/2020
 Actualizado a 19/09/2020
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Un grupo de españoles que trabaja en China y acaba de regresar a Wuhan explica a su regreso a la cuna de la pandemia por qué allí el virus se ha controlado y la población está volviendo a la normalidad mientras en Europa y América los contagios se multiplican y la economía se derrumba, en unos países más que en otros, claro está. Por lo visto, cuando llegas al gigante asiático las medidas de control son estrictas. Te reciben con trajes aislantes y estás obligado a confinarte durante catorce días hasta que ellos comprueben que efectivamente no eres positivo y no pones en riesgo al resto de una población que ya ha vuelto a su vida de antes casi con toda normalidad, pues en Wuhan la gente pasea, trabaja, compra y vive sin mascarillas y el país está logrando recuperarse.

España, sin embargo, es una de las naciones más castigadas por el coronavirus, tanto en lo sanitario como en lo económico, que obviamente, suelen caminar unidos. Comprobando la estadística oficial, somos el noveno país del mundo en índice de contagios, si se analizase el dato teniendo en cuenta la densidad de población, estamos igual o peor que Estados Unidos o Brasil. Estadística en mano, la conclusión es clara: algo o mucho estamos haciendo mal. Nosotros, sí, nosotros, los mismos que hemos sufrido las medidas más restrictivas de confinamiento. ¿Qué ocurre? ¿La población no está concienciada? ¿No sigue las normas? Pues mire usted, siempre hay personas irresponsables o insensatas, es cierto. Allá cada uno con su conciencia, pero en general, los ciudadanos están poniendo mucho de su parte. Se distancian, se hacen test, usan la mascarilla, compran en las tiendas del barrio y se ayudan unos a otros como mejor pueden. De hecho, siempre me ha parecido que si salimos de esta será por la solidaridad de la población. Eso sí, comité de expertos no tenemos. Y las fronteras, ahí están, abiertas. ¿Saldremos adelante? Pues si nos dejan…
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