"Si no fueran tan cacipleros"

04/05/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Andamos locos con los callejeros. Que si quítate tú que me pongo yo. Que si quita los tuyos. Tú primero los tuyos. Que no hay dios quién nos ponga de acuerdo en nada...

Y entonces surge la voz de la experiencia y su hermana la sabiduría, que cuenta aquello de «si no fueran tan cacipleros».

– ¿Quiénes?

– Pues los que ponen las calles.

¿Tanto les estorbaba que la calle de arriba fuera La Cimera y la calle de abajo La Bajera?

– ¿Y entre las dos?

– Pues la Calle del Medio.

Tira por ella. Y la del Ferial va a al ferial; y la de la Fuente tiene pilón; y la plaza de la Iglesia está a la sombra del templo; y en la Plaza del Concejo se sentaban aquellos paisanos que nunca tuvieron vocación de cacipleros, que las calles ya tenían su nombre y el cartero bien que se arreglaba con ellas, que nunca cogía la cuesta abajo para ir a la calle Cimera...

Y hasta la sabiduría popular les fue añadiendo nuevas pistas para los visitantes. Y si una asusta con su nombre de Calle Quemada pues se coloca un termómetro y ya sabemos cuando empieza el peligro.

Si no hubiera tanto caciplero.
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