"Si no es desde la fe no puedes vivir esta vida, no se entiende"

La Diócesis de León ordena a tres sacerdotes el día de San Juan

C. Centeno
19/06/2021
 Actualizado a 19/06/2021
Adrián González (leonés), Thierry Rabenkogo (Gabón) y Danielle Coppola (Italia) se ordenarán el día 24.  | SAÚL ARÉN
Adrián González (leonés), Thierry Rabenkogo (Gabón) y Danielle Coppola (Italia) se ordenarán el día 24. | SAÚL ARÉN
Thierry Rabenkogo, Adrián González y Danielle Coppola llevan años preparándose para un momento que por fin llegará el próximo 24 de junio, día de San Juan: su ordenación como sacerdotes. En un momento de escasas vocaciones, este hecho supone toda una «alegría» para la Diócesis de León, a la que seguirán vinculados en esta nueva etapa de un «camino hacia tu santidad que nunca se llega a cerrar».

Tienen entre 30 y 36 años y recibieron la «llamada» en momentos diferentes de sus vidas, aunque coinciden en que no es algo que suceda en un instante determinado, si no «un proceso» que pasa por múltiples etapas. Thierry Rabenkogo es de Gabón, llegó a León en enero de 2007 para estudiar Derecho y lo primero que buscó fue «una parroquia donde poder seguir viviendo la  fe». De familia cristiana pero no prácticamente, recibió el bautismo a los 14 años y desde entonces empezó su implicación con la Iglesia. Ya en la provincia participaba en campamentos de verano y hablaba con los adolescentes de la vocación, aunque sin plantearse llegar a ser sacerdote. «Mi idea era trabajar en una organización internacional, viajar y vivir libre, yo en ese momento decía no quiero ser cura porque no eres libre, todo menos cura», reconoce. A pesar de ello, poco después comienza «un proceso personal» en el que llega a la conclusión de que «donde Dios quiere que viva y sea feliz es siendo sacerdote».

Así, en el 2013 y coincidiendo con el último año de carrera entra en el Seminario Mayor San Froilán, donde a los pocos meses llegó Adrián González, natural de la localidad leonesa de Vega de Infanzones y con 29 años por aquel entonces. Él recuerda que «de niño ya vivía la fe» y «de jovencito dije que quería ser sacerdote», aunque venir a estudiar a la capital le ‘separó’ durante unos años de la Iglesia. Fue ya avanzados sus estudios universitarios cuando «volvió a brotar el ímpetu espiritual» y comenzó «el proceso para ver si esa llamada que me hacía Dios era tal y verdadera». Thierry y Adrián empezaron juntos los estudios eclesiásticos al lado de la Catedral, mientras que Danielle Coppola se ha formado en el Redemptoris Mater Virgen del Camino, que se puso en marcha en el año 2007 en las instalaciones del antiguo Seminario Menor de la carretera de Asturias y está vinculado al Movimiento Neocatecumenal.  

Para Adrián, «entrar en el seminario no implica salir de cura, es un camino de discernimiento y es necesario hacerse preguntas, aunque no es entrar a jugar o a ver qué pasa, hay que tener seriedad porque estás primero jugando con tu vida y, segundo, con la voluntad de Dios, que para quien cree son palabras muy grandes». Esas preguntas, explica Thierry, son «qué quiero ser y qué quiere Dios para mí, las respuestas son las que nos dan sentido a la vida». Además, el gabonés asegura que hoy en día «no vale eso de me meto a cura porque puedo vivir bien, ahora es una cosa que si no es desde la fe o desde la llamada a la vocación de Dios no puedes vivir esta vida, no se entiende».
Una «responsabilidad»

Convencidos del camino elegido, llegar a recibir el Sagrado Orden del Presbiterado es para ellos «toda una responsabilidad». «No es terminas una carrera, te gradúas y empiezas a trabajar, esto implica mucho más, es la responsabilidad de decir ahora estoy entregado a la Iglesia», dice Thierry.

La misa es lo único que les queda en muchos pueblos, ya no hay médico, tampoco escuela ni a veces barEn sus dos últimos años en el seminario, ya como diáconos, han colaborado en labores pastorales tanto en la capital como en el medio rural de la Diócesis de León. Adrián ha estado en la iglesia de San Francisco de la Vega y tres localidades cercanas, Thierry en la zona de Sahagún y desde febrero en la capellanía del Hospital y Danielle ha colaborado en la unidad pastoral de Villablino. En ese periodo han ofrecido catequesis, han participado en la liturgia y han podido comprobar de primera mano los problemas a los que se enfrentan. «Nos está pillando un cambio de modelo», confiesa Adrián respecto a la falta de sacerdotes en el medio rural. Por eso cree que la «clave» es implicar a todos los creyentes (sacerdotes, religiosos y laicos) para «reilusionar al pueblo con la fe y con que vivir como cristiano no solo merece la pena, si no que es un regalo». Eso sí, el futuro sacerdote leonés comprende el disgusto que supone en los pueblos quedarse sin misa todos los domingo. «En muchos es lo único que les queda, ya no está el médico, no tienen escuela y a veces ni bar, lo último que les queda somos nosotros y es un golpe muy duro», asegura.

Adrián, Thierry y Danielle reforzarán desde el día de San Juan la ‘plantilla’ de sacerdotes de la Diócesis de León, tras un acto que presidirá el obispo, Luis Ángel de las Heras, y que se celebrará en la Catedral a las 18:00 horas de la tarde.
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