Unos días después del llamativo discurso de la ofrenda el día de La Patrona del Bierzo, el regidor analiza la repercusión de su alegato y los problemas del medio rural, desde su pueblo, donde vive y trabaja, cuando lo habitual suele ser que las soluciones a los pueblos vengan de políticos que viven en ciudades desde despachos ubicados en sedes administrativas también en ciudades.
«Yo no quería ser cansino ni machacante y repetir la misma historia de siempre, pedirle a las administraciones que solucionen los problemas del mundo rural, no».López Peña quería implicar a los bercianos en la solución a la crisis de su tierra y que sean conscientes de que «si no hay ayuda, hay que dejar de llorar y ponerse a trabajar, que no toda la culpa la tienen los de fuera, todos tenemos nuestra parte de responsabilidad con nuestros pueblos».
El alcalde de Balboa, de Coalición por el Bierzo, escribió su discurso con sus palabras y los alcaldes de los otros tres municipios de la ofrenda, Luisa González, de Vega (PSOE), Ricardo Fernández de Trabadelo (del PP)y Alfredo de Arriba de Barjas (del PSOE), entendieron perfectamente su mensaje y le dieron el visto bueno.En las palabras de Juan José Peña vieron reflejados los problemas rurales a los que las grandes administraciones no han sabido dar solución.
Tenemos que aplicar a la vida diaria lo que decimos sobre amar a nuestros pueblos«Lo que tenemos es que aplicar a la vida diaria lo que decimos», explica el joven alcalde, consciente de que los bercianos quieren a su tierra, pero que han de demostrarlo no sólo con palabras. Por eso, espoleó en su discurso a ese espíritu combativo berciano quizá dormido desde hace un tiempo.
Para él, las soluciones reales a la crisis de la despoblación rural pasa, primero, porque los políticos «se quiten de la cabeza las directrices de partido a la hora de buscar estas soluciones, que cuando un partido haga una propuesta que pueda ser buena, se respalde y no se bloquee». Los cuatro alcaldes de la ofrenda de La Encina lo hicieron este año, dice. «Éramos cuatro alcaldes de tres signos políticos diferentes y nos pusimos de acuerdo. Y esto era para hacer una ofrenda, pero puede ser para cualquier otra cuestión».
Expresa que «sí, algunas veces», le han llamado las grandes administraciones para pedir opiniones con las que elaborar soluciones a la crisis despoblacional, «pero luego esas conversaciones se quedan en el aire, por eso en esto de la despoblación sí creo que habría que formar una comisión de trabajo donde estuvieran los pueblos verdaderamente representados, donde se debatan los problemas reales».Reconoce que algunos planes como los de la Diputación «ayudan a pequeños municipios como el mío que sólo con sus recursos propios no podría hacer nada» en el ámbito de obras o algunas acciones cultuales y sociales.
En la lucha contra la despoblación lo primeroque hay que hacer es quitarnos de la cabeza directrices de partido Pero tiene que haber más soluciones directas y potentes, dice. Y por poner un ejemplo plantea una clara. «No entiendo bien como por ejemplo, ciclos de Formación Profesional para actividades vinculadas en el ámbito rural tienen que estudiarse en ciudades. No creo que fuera tan costoso ni nada descabellado que por ejemplo en la zona de Bierzo Oeste se pudieran ofrecer algunos ciclos de FP de las ramas agrarias. Los estudiantes que los cursen son estudiantes que vivirán aquí y que necesitarán servicios y que estarán en un ambiente vinculado a lo que están trabajando. Eso podría ser una forma clara de ayudar en la difícil tarea de asentar población», entre muchas otras, y que López Peña cree que se podría llevar a cabo sin demasiado esfuerzo económico. ¿Por qué no intentar ver si funciona?, se pregunta, visto que con otro tipo de medidas, a veces bien costosas, «no se ha conseguido nada».
La corbata de madera de nogal
No sólo fue con su lucido discurso con lo que el alcalde de Balboa llamó la atención el día de La Encina en Ponferrada. Lo hizo también con un elemento simbólico en su vestuario con el que quiso hacer un guiño al medio rural. Además de un broche con la bandera del Bierzo, una corbata de madera de nogal que no pasó desapercibida adornaba su traje azul marino. «Es obra de un artesano asturiano que participa muchas veces en las ferias y las actividades que hacemos en Balboa, un habitual. Le vi varias cosas interesantes un día y le propuse hacerme una corbata de madera y la siguiente vez que vino, me la trajo». Trató a través de ella de dar «presencia al medio rural» en la capital del Bierzo. Y con su corbata y su disertación lo consiguió.
Aún así, como lo que escribió le sonaba a algo tan natural,el alcalde reconoce que «me sorprendió que a tanta gente le llamara tanto la atención el discurso e incluso hay quien me dijo que se había emocionado y eso es muy bonito». Falta ahora que los bercianos le tomen la palabra, hagan suyo el discurso y se impliquen, como pidió el alcalde,en la lucha por el futuro de su tierra.
*Discurso íntegro pronunciado por Juan José López en el Día del Bierzo en representación de los municipios de Balboa, Barjas, Trabadelo y Vega de Valcarce
"Muy buenos días a todos, autoridades presentes y a todas las personas que hoy nos acompañais en este día grande para el Bierzo y su patrona la Virgen de la Encina. Mi nombre es Juan José López Peña, soy el actual alcalde del Ayuntamiento de Balboa, y hoy os hablaré en nombre de mis compañeros, Maria Luisa, alcaldesa de Vega de Valcarce, Alfredo, alcalde de Barjas y Ricardo, alcalde de Trabadelo; además de en el mío propio.
Como algunos ya sabéis, este año la ofrenda a la patrona va a ser diferente a los años anteriores, ya que por primera vez la realizan cuatro Ayuntamientos juntos. Los cuatro son Ayuntamientos del Bierzo Oeste.
Esto no es casualidad, sino más bien necesidad, porque a ello nos vemos obligados, para poder cumplir como se merece con esta ofrenda.
La despoblación tan exagerada que sufrimos nos lleva a tomar esta decisión, y no es una decisión política ni caprichosa, ya que los cuatro Ayuntamientos que hoy estamos aquí representamos a partidos políticos diferentes. Y en este 8 de septiembre hemos sido capaces de dejar nuestras diferencias a un lado y trabajar todos juntos por un bien común.
Hoy es un día de fiesta para el Bierzo y sus pueblos. Pero también queremos que sea un día de reivindicación. Esto no quiere decir que tengamos que atacar a nadie, más bien lo contrario. Porque lo fácil en esta vida es acusar a otros de los problemas que tenemos, en vez de afrontarlos e intentar solucionarlos.
El Bierzo es una de las comarcas más rica y diversa de cuantas hay en este país y, a la vez, cada día más gente abandona sus pueblos para buscar su futuro en otros lugares. Podemos ser muy ricos, y también podemos morir pobres. Mi pregunta es: ¿qué ha sido de ese carácter luchador y emprendedor de nuestra gente?
¿nos vamos a rendir sin pelear?
Hoy más que nunca la gente hace turismo, y por los lugares más recónditos del planeta. Pero de todos los que hoy estáis aquí ¿cuántos conocéis el Hayedo de Busmayor? ¿y las Pallozas de Balboa? ¿cuántos habéis recorrido el tramo del Camino de Santiago a su paso por Trabadelo y Vega de Valcarce? ¿cuántos os habéis bañado en sus ríos y visitado sus iglesias? ¿cuántos conocéis sus castillos? ¿cuántos conocéis el Bierzo?
Queridos amigos, si queremos que esto cambie, los bercianos tenemos que ser los primeros en amar el Bierzo.
Nuestros pueblos llevan centenares de años sobreviviendo. Sólo sobreviviendo. Han pasado por periodos verdaderamente difíciles y duros en la vida. Y hoy, cuando es más fácil que nunca vivir en ellos, los abandonamos. Y con ello no estamos abandonando sólo casas y tierras. Estamos abandonando todo el esfuerzo, toda la ilusión, toda la cultura y todos los sueños que nuestros padres, abuelos y antepasados invirtieron en ellos. Y lo hicieron para que cada generación futura se encontrara un lugar mejor en el que vivir.
Y hoy, nosotros ¿qué les vamos a dejar a nuestros hijos? Ésa es la pregunta que quiero que os hagáis todos los bercianos.
No estamos en nuestro mejor momento, pero tampoco es el peor. Sólo necesitamos creer en el Bierzo, creer en sus pueblos y en nosotros mismos. Y todos juntos trabajar, arrimar el hombro, y salir adelante aunque en el camino nos encontremos con dificultades. Cada habitante tiene que ser el mejor embajador y el mejor emprendedor de esta tierra.
Construyamos nuestra historia todos juntos, aún tenemos muchas páginas por escribir. Como hoy, hemos hecho aquí los cuatro Ayuntamientos en torno a la virgen de la Encina, apartando lo que nos separa y sumando lo que nos une. Nuestros corazones tienen que latir más fuerte que nunca. El futuro puede ser maravilloso porque, amigos, el futuro lo decidimos nosotros. Con nuestros proyectos, con nuestras acciones, con nuestras decisiones.
Hoy le pedimos a nuestra patrona que dentro de treinta años, cada ayuntamiento pueda volver a realizar esta ofrenda gozando de mucha mejor salud que la que tenemos en 2018.
Antes de terminar, me gustaría agradecer a toda la gente de Balboa, Barjas, Vega de Valcarce y Trabadelo, por estar hoy aquí, por ayudar y sobre todo por tener el coraje y la valentía de seguir viviendo en nuestros pueblos. Porque toda la teoría no sirve de nada sin la práctica, y vosotros seguís demostrando que sí se puede, que seguimos vivos en nuestros pueblos y que seguiremos peleando por ellos y por nuestra gente.
¡Viva la Virgen de la Encina!
¡Viva el Bierzo!
¡Vivan sus pueblos y sus gentes!