Sexual

18/07/2019
 Actualizado a 14/09/2019
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Aún recuerdo aquel anuncio de televisión que se emitía en los años ochenta, se publicitaba un desodorante de una marca conocida en unos momentos en los que España acababa de salir de unos años de mucha represión moral. Recordarán ustedes este anuncio televisivo en el que se veía a una mujer mostrando sus pechos. En este país hemos vivido durante muchos años una evolución en el terreno sexual, hemos conseguido grandes avances en este terreno y ya podemos hablar con libertad de muchas de las prácticas sexuales consideradas tabú durante décadas. Muchos crecimos bajo la atenta mirada de la portada de la revista Interviú, en la que veíamos a celebridades nacionales posando en unos desnudos que causaban una auténtica revolución. Nada que ver con aquellos que en la época de Franco cruzaban la frontera a Francia para acudir a los cines a ver películas de contenido erótico. El sexo llama a nuestras puertas y los contenidos sexuales están al alcance de todos, cada cual con su fantasía. De algunas películas eróticas, o un pecho en un anuncio, o Lola Flores desnuda en el Interviú a lo que internet ofrece hay un trecho y de los grandes. Establecer un límite sería ir en contra de nuestras libertades, pero controlar el uso de este tipo de contenidos a nuestros menores sí es una tarea que cada día es más necesaria. Los últimos estudios sobre abusos o prácticas sexuales poco deseadas entre menores vienen por un consumo masivo de pornografía y que propician manadas sexuales y violaciones en grupo que están creando alarma social e inseguridad. La gracia no la veo por ningún lado y sí mucho ruin suelto. Uno de los peores actos que puede cometer el ser humano es la violación y nos corresponde a nosotros ejemplificar castigos con el ánimo de establecer una condena firme y dura ante este tipo de comportamientos. Hay que ponerse en la piel de la víctima y en tan solo un instante no puedo imaginar la angustia y el dolor. No es no y desde luego no es abuso, es violación. Pamplona o Manresa y otros cien casos abiertos por violaciones en grupo es a lo que nos enfrentamos, una realidad que dice mucho de nuestra sociedad actual, que afecta cada vez más a nuestros jóvenes. La libertad sexual mal entendida, llevada a extremos y líneas que nunca se deben cruzar. La educación sexual, el respeto, el civismo deberían establecerse como materias obligatorias en nuestra enseñanza, deseando que no se repitan más casos de violación y mucho menos en grupo. Un acto deleznable que debemos condenar con rotundidad.
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