02/11/2020
 Actualizado a 02/11/2020
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Me he saltado el confinamiento perimetral y el toque de queda y me he plantado en Madrid (o en Soria) con nocturnidad, pero sin alevosía. Ni Igea, ni Mañueco, ni Ayuso han podido evitarlo. Por el momento no se han establecido controles que puedan evitar estos desplazamientos, pero tiempo al tiempo. Para no mantener la intriga innecesariamente desvelaré que casi fue un secuestro, una apropiación de mi persona por parte de alguien (de Madrid) a quien no veo desde hace seis años, palabra. Así se ponen las cabezas con toda esta situación. Se acuesta uno con la nueva normalidad, tan tranquilo, y cuando desactiva el modo avión se desayuna «hoy he soñado contigo y me acabo de acordar! Íbamos a coger setas juntos a Soria. Estábamos todo el rato con el pique, de coña, de ver quién encontraba más y tú contabas historias de cuando cogías setas de pequeño y por eso tenías mucha práctica (igual ha sido porque este puente era el plan que tenía). Tu cameo ha sido inesperado, pero me ha encantado! Jajaja».

—¿Qué tal estuve? Que en los sueños ajenos tiendo a sobreactuar.

— Estabas para un Goya a actor revelación.

— ¿Y quién cogió más setas?

— Obviamente tú, que tenías experiencia. Trajiste tu cesta y me llevabas a la Dehesa, que es el parque del centro de Soria.

— Pues no he estado en Soria…

— Yo sospechaba algo, pero te creí.

— Discúlpame por la intromisión onírica, más en estos tiempos.

—Contigo nunca es intromisión.

—Vale, pues esta noche me meriendo el tocho de Guía de Campo de Setas de la Península Ibérica y Europa de Everest, para darte la revancha.

No funcionó, al menos conscientemente. Lo intenté la noche siguiente comiendo un kilo de níscalos con jamón y solo logré levantarme cuatro veces a mear naranja. Los monguis los descarté porque en plena pandemia no me fío de mi subconsciente. Tampoco después de un día entero rebuscando entre la pinaza... ¿Nos habrán confinado también los sueños?
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