Sergio González: "Mi familia guardaba un suicidio en el armario"

‘La última carta’ es una novela que nace de un hecho real, un joven leonés se suicida tirándose al tren en Guardo. Su sobrino profundiza en esta historia, en el tabú del suicidio, y este jueves lo presenta en León

Fulgencio Fernández
29/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Sergio González Ausina, hijo de leonés, es periodista y escritor, trabaja en Calpe. En el año 2009 investiga sobre un tema con muchas aristas, el suicidio. Un día, regresando a casa con su padre, éste le pregunta en qué trabaja. Se lo explica y su padre le dice, por primera vez, en voz baja: «Tú tuviste un tío que se suicidó, Vicente González».

González Ausina no se lo podía creer. «Mi padre guardaba un suicidio en el armario y jamás había dicho ni una palabra, yo no sabía nada de mi tío. Aún diría más, mi familia paterna guardaba un suicidio en el armario, pues tampoco me habían dicho nada ni mi abuela, que era costurera, ni mi abuelo, militar en África, motivo el que mi padre nació allí pero es leonés, como mi tío».

Y el periodista y escritor se encuentra en medio de una investigación sobre el tabú que siempre ha planeado sobre el suicidio, uno de los temas en los que es especialista, y tiene en su casa, en su familia, el ejemplo más evidente del tabú, no ha sabido nada durante 32 años, que fue cuando se suicidó su tío Vicente.

Y su trabajo entró en una nueva etapa, primero nace un blog en el que habla de sus investigaciones y con el tiempo se convierte en el libro que esta tarde presenta (a las 20horas) en el Nuevo Recreo Industrial, donde conversará con su editor, José Lázaro, y el psiquiatra leonés, afincado en Avilés, Juanjo Martínez Jambrina, que ha tenido mucho que ver en las investigaciones para este ‘La última carta’, cuya primera motivación es acabar conel tabú del suicidio, pues las cifras del mismo hablan por sí mismas: «Según la OMS, un millón de personas se suicidan al año en todo el mundo. Singularmente en España, casi cuatro mil».

Los primeros pasos de Sergio González Ausina, que apenas había tenido relación con León, fueron encaminados a conocer las circunstancias en las que se produjo el suicidio de su tío y profundizar en su biografía, para lo que viajó con frecuencia a la ciudad con el fin de entrevistarse con aquellos que sabía que lo habían conocido en los ambientes en los que se movía: como jugador del San Esteban, estudiante en el colegio universitario o guía en la Cueva de Valporquero. A ello añadía la frase de su padre cuando le preguntaba por este hecho familiar. «Quería que dejara de investigar, que no escribiera nada, y me dijo:Vicente era una persona normal, tenía esquizofrenia pero nada más, era normal».

Un tipo «normal» que un día fue a Guardo, donde vivía una hermana suya, pero no acudió a su casa, pasó sus últimas horas en una pensión, después cogió el tren de regreso pero no regresó, se suicidó. «La novela es un gran reportaje sobre el tabú del suicidio; tiene dos partes, primero la reconstrucción de su biografía en León, sobre todo a través de las postales que había enviado y las que dejó sin enviar, de entrevistas con sus amigos; y una segunda mitad marcada por una pequeña gran sorpresa, que no voy a desvelar».
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