Lo que quiere trasladar a esas futuras empresarias mamás es que «la decisión de ser madre no puede depender de ser emprendedora o no. No deben sentirse incompletas» por ello. Sí asegura que en el panorama berciano, el volumen de madres emprendedoras es bajo «echa para atrás», dice, pero además, apunta que el emprendimiento comarcal tiene carencias porque se enmarca siempre en los mismos sectores y no se acerca a la innovación y a la diferenciación.
Prada echa en falta esos condimentos y también que la mujer decida estar en esa lista de empresarias. Y echa en falta a esas mujeres madres porque tiene claro que la suma de responsabilidades es importante «cuando tienes tu propio negocio, la necesidad te hace echar para adelante».
Momento de emprender
Prada remarca que «es el momento para crear empresas en el Bierzo», ya que ve un campo abierto en el que ha habido carencias a resolver. Se han cerrado negocios, los alquileres han sido altos, no ha habido ayudas, no ha habido innovación ni se ha sabido buscar la diferenciación de los negocios.
Pero, ubicados los problemas, considera que merece la pena convertirse en empresaria «yo he estado siempre asalariada hasta que di el salto y no lo cambiaría», dice. Pero aconseja a los emprendedores que no se precipiten y se remanguen «aquí alguien emprende y quiere ser empresario en mayúsculas de inmediato. Eso no es posible, hay que pelear, hacer horas, sacrificar tu vida social y estar en tu negocio». Aconseja tener claro el proyecto «saber cuáles son tus limitaciones y tus bondades y tener una idea clara de lo que quieres, que sea una marca diferencial y después optimizar los recursos».
El último paso, dice «es volverse a mirar por dentro y saber si estás preparado o no porque crees en tí. Lo principal es tener una buena ruta de viabilidad del proyecto. Creer en la idea y conocerse a uno mismo para desarrollar», dice.