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Sentido y sostenibilidad

11/09/2021
 Actualizado a 11/09/2021
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El aumento del precio de la luz en España no frena. Los motivos son varios y no simplistas, pero si algo se puede deducir de la situación es que sólo nos queda una salida a medio plazo y es la apuesta por las energías renovables y por la independencia energética, aunque esto suene a utopía.

La solución no sólo pasa por el ahorro energético sino por la eficiencia energética de los medios de transporte y electrodomésticos que utilizamos, aunque esta medida precise de ayudas a los colectivos más vulnerables para llevar a cabo la transición. Una transición necesaria ya que el mantenimiento del sistema energético actual durante un plazo de tiempo de una o dos generaciones es, simplemente, insostenible ya que estamos agotando las reservas de combustible, fomentando el efecto invernadero y poniendo en riesgo la paz mundial.

Buena parte del gas (básico para generar electricidad en ciclo combinado) llega a los países europeos a través de Ucrania. Moscú mueve los hilos a su antojo abriendo y cerrando el grifo del gas en esta coyuntura bélica. En 2018, el 40 % del gas natural importado procedía solo de Rusia.

Esto es a lo que se denomina dependencia energética. Un juego que limita mucho la capacidad de acción de un gobierno de forma aislada.

La Comisión Europea asegura que España tiene margen para aplicar mecanismos que puedan proteger a los colectivos y personas más vulnerables y en riesgo de sufrir la pobreza energética. «Los Estados miembros pueden aplicar algunas salvaguardias, como intervenciones públicas en la fijación de precios para el suministro de electricidad a los clientes domésticos en situación de pobreza energética o vulnerables, en determinadas condiciones, y conceder derechos a los clientes respecto a los contratos con precios dinámicos»

Las manos atadas para revertir la situación tendrían que liberarse de esta dependencia y del sistema establecido en el mercado regulado, para determinar el precio de la electricidad, ya que todos los días se realiza una subasta horaria en la que se establece el precio de la electricidad de cada hora del día siguiente, es lo que se conoce como pool eléctrico o mercado marginalista. Para poder llevar a cabo un protocolo energético debería crearse un organismo regulador, algo que no existe.

Volviendo al comienzo de este artículo, concluyo con la idea de que la pescadilla del cambio climático se muerde la cola. Cuando no hay mucha demanda de electricidad las energías renovables o la nuclear son capaces de cumplir con la demanda de los consumidores. Sin embargo, cuando esta demanda se dispara hay que tirar del gas, el petróleo o el carbono y eso es lo que hace que los precios sean desorbitados.
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