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Sentido de narrativa

06/07/2021
 Actualizado a 06/07/2021
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¿Hay algo mejor que encontrar la felicidad? Sí, una vida con sentido. Según las investigaciones de la filósofa Esfahani, según cuenta en su libro ‘El arte de cultivar una vida con sentido’, el tercer pilar para llevar una vida «rica y satisfactoria» es la narrativa, contar nuestra historia, y es que al unir las distintas piezas de nuestra vida creamos un todo unificado que nos permite ver la coherencia de nuestra vida; y la coherencia, según dicen los psicólogos, es una de las fuentes principales de sentido.

Las historias son especialmente cruciales cuando se trata de definir nuestra identidad, de comprender quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí, «la identidad narrativa», esa historia que hemos creado sobre nosotros mismos y que hemos interiorizado y construido a base de «opciones narrativas», es decir, sobre esos acontecimientos extraordinarios de nuestra vida, buenos o malos, a los que les damos una explicación, ya sea de redención o no. Además de rectificar historias, una de las mejores formas que tenemos de encontrar sentido a través de las narrativas es reflexionar sobre los momentos cruciales de nuestra vida y pensar cómo han influido en quiénes somos ahora y en el desarrollo de nuestra vida.

Quienes cuentan ‘historias de redención’ –de lo malo a lo bueno– se ven impulsados a contribuir a la sociedad y a las generaciones futuras, aunque contarlas no implique que su vida mejore objetivamente. Sin embargo, las personas que narran ‘historias contaminadas’ –su vida o los acontecimientos han pasado de ser buenos a malos– son menos ‘generadores’, menos propensos a contribuir a la sociedad, suelen padecer más ansiedad, ser más depresivas y sienten que su vida es menos coherente en comparación con quienes cuentan historias de redención.

Lo ilusionante es que todos somos autores de nuestras historias y podemos cambiar la forma en la que las relatamos. Incluso nos puede servir como terapia el revisar y reinterpretar nuestra historia para así controlar nuestra vida y hallar sentido a las dificultades a las que nos enfrentamos. Encontramos sentido al narrar, pero también, claro, en las historias que nos cuentan otros.

En ‘La vida de Pi’, el protagonista dice: «El mundo no es solo como es. Es como nosotros lo entendemos, ¿no es así?».

Sentido de pertenencia, de propósito, de narrativa. La semana que viene les hablaré del cuarto, el de trascendencia.
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