Señoritas que no querían ser florero

La Fundación Sierra Pambley dedica el Día de los Archivos al centenario de la Residencia de Señoritas, la ‘parte femenina’ de la famosa Residencia de Estudiantes

Fulgencio Fernández
10/06/2015
 Actualizado a 10/09/2019
Las estudiantes de la Residencia de Señoritas jugando un partido de hockey en los años 30 del pasado siglo, una actividad impensable lejos de aquel ambiente.
Las estudiantes de la Residencia de Señoritas jugando un partido de hockey en los años 30 del pasado siglo, una actividad impensable lejos de aquel ambiente.
Si hay un nombre y una institución cargada de leyenda —incluso mítico— en este país no cabe duda que éste es el de la Residencia de Estudiantes de Madrid, una fama a la que colaboraron la presencia de Lorca, además de Buñuel y Dalí, entre otros muchos, La Barraca...

Lo que no es tan conocido es que esta Residencia de Estudiantes tenía una homóloga femenina, la Residencia de Señoritas, creada unos años más tarde y que precisamente en este 2015 cumple 100 años (abrió sus puertas el 1 de octubre de 1915). Este Centenario le ha parecido un motivo más que suficiente y apropiado para hacer a la Residencia de Señoritas la protagonistas de las actividades que ha programado para conmemorar el Día Internacional de los Archivos. Este martes se celebró la primera parte de la actividad y el próximo miércoles, día 17 (a las 19 horas), se completará este repaso a la historia de la institución a través de sus protagonistas, como su directora, María de Maeztu, y algunos documentos que se conservan en el Archivo de la Fundación. A su vez, se hará un contexto a través de otras instituciones, como la Junta para la Ampliación de Estudios o la ya citada Residencia de Estudiantes.

 Para entender lo que significó esta institución, la Residencia de Señoritas, es obligado viajar hasta aquellos primeros pasos suyos, hace un siglo, pensar en la situación social de la época y, sobre todo, en el papel que se le reservaba a la mujer, que no estaba precisamente vinculado a la formación académica y, mucho menos, universitaria. Por ello, el primer mandamiento de esta Residencia de Señoritas era precisamente combatir esta situación y "fomentar el acceso de las mujeres a los estudios superiores. En su desarrollo resultó esencial la colaboración con el International Institute for Girls in Spain, una entidad estadounidense con similares objetivos que se había asentado en Madrid a principios de siglo", según recogía el catálogo de la muestra que sobre esta institución se pudo ver en el Museo de León en 2011.  

Si buena parte del prestigio de la Residencia de Estudiantes se debe a los nombres de algunos de sus residentes, después verdaderas glorias de las letras y las artes en España, no se queda atrás el elenco de nombres de mujeres que estuvieron vinculadas a los primeros pasos de la Residencia de Señoritas. Algunos de ellos deberían surtir el mismo efecto que el de los residentes masculinos pero... hablamos del año 1915.

Entre las residentes ‘señoritas’ (nunca floreros)estuvieron Victoria Kent, Matilde Huici o Josefina Carabias, y formaron parte de su profesorado María Goyri, María Zambrano o la pintora Maruja Mallo, además de las profesoras norteamericanas vinculadas al Instituto Internacional.

Entre las primeras alumnas se encontraban Victoria Kent, Huici y Josefina Carabias; Zambrano era profesora  Y si con frecuencia se recuerda que por la Residencia de Estudiantes pasaron como conferenciantes cuatro premios Nobel no son menores los méritos de algunas de las conferenciantes de la parte femenina: Mujeres como Gabriela Mistral, Victoria Ocampo o Clara Campoamor impartieron allí sus ponencias , y se abordaron con frecuencia temas relacionados con la mujer. En los salones de la hoy centenaria residencia  nacieron el Lyceum Club Femenino y la Asociación Española de Mujeres Universitarias. Además contó con un Laboratorio de Química  que tuvo mucha importancia en la formación de científicas destacadas, como Dorotea Barnés o Felisa Martín Bravo. Al frente de esta sección estaba la norteamericana Mary Louise Foster.

La presencia leonesa —en las dos residencias, la masculina y la femenina—fue muy significativa, probablemente influida por el evidente arraigo que en esta tierra tenía la Institución Libre de Enseñanza, con el famoso viaje de Francisco Giner de los Ríos, Manuel B. Cossío y Gumersindo de Azcárate hicieron en 1885 al valle de Laciana. También así se entiende mejor la elevada participación leonesa en las recordadas Misiones Pedagógicas.

Leonesas en la Residencia de Señoritas


No fueron pocas las leonesas que pasaron por las aulas y salones de la Residencia de Señoritas (también leoneses por la de Estudiantes). Basta con consultar las listas de alumnas para comprobar que era una presencia significativa.

Basta algún  ejemplo, de las cincuenta  alumnas que había en el curso 1935-1936, siete de ellas eran leonesas: Aurora Díez Díez (Cármenes), Consuelo González Fernández (Santa María de Ordás) y cinco de la capital: Carmen Fanjul Alvarez-Santullano, Justina García Lorenzana, Carmen Llamazares Gómez,Juliana Otero del Palacio y Mª Cruz Trébol.

Cuatro hermanos Sáenz de la Calzada (Luis, Arturo, Pilar y  Consuelo) y tres hermanas De las Cuevas se formaron allí En otras muchas noticias se va dando cuenta de la presencia de leonesas en la Residencia de Señoritas. Como en el caso de las sagas familiares vinculadas a la institución, pues tuvieron miembros tanto en la Residencia de Estudiantes como en la de Señoritas, tal es el caso de los Sáenz de la Calzada, del que es más conocido el artista, humanista y médico Luis Sáenz de la Calzada, por haber sido compañero de García Lorca en el recordado teatro La Barraca. Pero también estuvieron un hermano , el arquitecto Arturo; y dos hermanas, Consuelo y Pilar Sáenz de la Calzada.

El caso de Consuelo es muy significativo pues con el tiempo sería una destacada novelista, pionera del género negro en España, pero firmaba sus obras con seudónimo, C.S. Rowand. También fue una destacada investigadora y profesora.

Fue residente Julia Mateos, que había sido Miss Región Leonesa en 1934 y alababa "la educación sin prejuicios" Otra saga recordada de residentes leonesas es la de las hermanas De las Cuevas. Tres de ellas pasaron por allí: Concepción, que sería maestra en Nogarejas, entre 1931 y 1934; Esperanza, funcionaria de Gobernación, entre 1932 y 1933, y la que más tiempo estuvo allí, Felisa, que sería después Inspectora de Enseñanza, entre 1922 y 1932. Su implicación en este proyecto la llevó a participar con frecuencia en las Misiones Pedagógicas.

También es recordada la presencia de Modesta Fernández Sanjuán, hija de un indiano de Jiménez de Jamuz, o de Nieves Fernández Barrio, de Vegacervera, de la primera promoción de mujeres médicos de España (junto a una catalana).

La anécdota curiosa la pone la presencia en sus aulas de quien antes había sido Miss Región Leonesa 1934, Julia Mateos, hija del farmacéutico de la localidad zamorana de Bermillo de Sayago y militante del Partido Radical Socialista. El concurso era para jóvenes de León, Zamora y Salamanca.

En un amplio reportaje de la revista Estampa la joven estudiante manifestaba estar encantada con la Residencia de Señoritas pues, afirmaba, "dan una educación sin prejuicios".  
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