"Señora, yo soy un mandao"

26/02/2016
 Actualizado a 12/09/2019
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Llegan con sus escaleras y los monos de la gran empresa. Colocan unas escaleras que llegan al tejado o al mismo cielo si lo precisan, y sin preguntar nada, sin consultar, sin preocuparse por si alguien duerme dentro, tiran de taladro y pistola, agujerean, calan, meten ruido y tan cables y cables.

Por donde les da la gana, cómo les da la gana, cuando les da la gana...

– ¿Qué quiere ahora señora?

– Pero, ¿cómo me dejan todos esos cables por ahí?Sueltos, a mi nadie me pidió permiso.

– Señora, yo soy un mandao, pero bien que le gusta tener luz y teléfono e internet para los nietos... pero los cables le molestan. Vaya a la empresa.

No lo hagas. Ríndete en este momento, si vas a la empresa, además de no hacer nada, entenderás el vuelva usted mañana, hoy no está el que lleva eso, el encargado está de vacaciones, pero señora por algún sitio tendrán que pasar los cables, pero ¿tanto daño le hacen?

– Pues sí, y la fachada es mía.

– Pues venga otro día a ver si está el encargado.

Con el disgusto que tuvieron el día que tapiaron la ventana para que la humedad no comiera la pintura, si padre levanta la cabeza.

Igual si padre levanta la cabeza la tenemos gorda.
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