Seleccionan al jurado popular que juzgará el homicidio de un joven en Villavente en 2020

El procedimiento por el crimen del chico, de 25 años y de origen dominicano, arrancará este lunes en la Audiencia Provincial con un total de cuatro acusados

R. Álvarez
03/03/2023
 Actualizado a 03/03/2023
La Audiencia Provincial de León celebrará entre el lunes y el jueves de la semana próxima el juicio por el homicidio en febrero de 2020 de un joven de 25 años y de origen dominicano cuyo cadáver apareció con un disparo en la cabeza en un paraje próximo a la localidad de Villavente, en el término municipal de Valdefresno. Un jurado popular, elegido este viernes, será el que decida si los cuatro acusados que se sentarán en el banquillo son culpables o no culpables del crimen, por el que el fiscal pide una pena de 14 años de prisión para cada uno de ellos por el delito de homicidio y de un año y medio más por tenencia ilícita de armas para el que se considera que fue el autor del disparo mortal y que, a día de hoy, es el único que se encuentra en prisión por esta causa (desde el 4 de mayo de 2020).

En sus conclusiones provisionales, la Fiscalía expone que entre las 18 y las 19:30 horas del 25 de febrero de 2020 los acusados E.C.C, H.C.V., A.M.A. y J.L.J. se pusieron «de común acuerdo» para idear un «plan para matar» al joven, D.V.A., al que E.C.C. responsabilizaba de haber entrado en su domicilio esa misma mañana junto a otra persona y de haberle «sustraído dinero y posiblemente sustancias estupefacientes». Por eso, quedó con él por teléfono y, acompañado por los otros acusados, lo recogieron en coche y lo trasladaron por «un camino de tierra» a un lugar en el que «tras un cruce de palabras» y después de haber «revisado» a la víctima –según se indica en el escrito del fiscal– E.C.C. sacó una pistola, una nueve milímetros que llevaba oculta debajo de su ropa, «le apuntó, le dijo que tenía que aparecer lo suyo, que había sido él (refiriéndose al robo en su casa) y, finalmente, le disparó un tiro en la cabeza».

La bala impactó primero en la palma de la mano izquierda de D.V.A., que levantó «como gesto de protección», salió por el dorso y pasó por su mejilla izquierda para acabar penetrando en la cavidad craneal. Esta herida le causó la muerte «prácticamente de forma inmediata» e, instantes después, los acusados salieron huyendo del lugar, al que regresaron para recoger el teléfono y la cartera con la documentación personal de la víctima, que nunca apareció, al igual que el arma del crimen, para la que el acusado E.C.C. no tenía «permiso o licencia para su posesión».
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