Esta leonesa de 43 años, que se define como amante de los perros desde que tiene uso de razón, ejerce como máxima responsable, desde hace tiempo en solitario, de un colectivo que se sostiene con las cuotas de sus 88 socios colaboradores, las casas de acogida, donaciones puntuales, particulares que se ofrecen para viajes solidarios y la ayuda de su amiga Ana Isabel Morán Iglesias. No reciben ayuda pública ninguna y en su página web y a través de Facebook e Instagram ponen a la venta objetos como collares y abrigos para perros.
El resto, principalmente, lo aportan su tesón y las horas de dedicación, aunque destaca también el papel del Hotel Canino Las Lomas y de su responsable, María, que ajusta sus precios para hacérselos asequibles e incluso ejerce de casa de acogida en ocasiones para atender a los ejemplares pendientes de adopción, ya que Galgos León no cuenta con refugio propio. La Clínica Veterinaria Ricardo Díez Reyero también contribuye de forma activa al funcionamiento del colectivo y en el capítulo de menciones Lorena tampoco olvida al Hospital Veterinario de la Universidad de León.
En su primer lustro de vida, la asociación contabiliza unos 600 rescates. El primer año fueron 65 y el boca a boca ha hecho crecer la demanda. “Cada año hay más, porque somos más conocidos. Entre los mismos cazadores se corre la voz. Con eso de que no hay liebres para cazar, les sobran perros”, comenta.


“Me llaman los galgueros directamente, acudimos a rescatarlos y a veces nos los acercan. Un 90 por ciento son de galgueros y el resto aparecen abandonados. La gran mayoría vienen cedidos de ellos... al final los están abandonando”, comenta y añade que han recibido “solamente unos pocos” procedentes de carreras. Su ámbito de actuación, aparte de León, llega a Palencia, Valladolid, Zamora y Burgos en alguna ocasión. De la vecina Asturias, donde la caza no es tan habitual, proceden muchos de los adoptantes.
Lorena predica con el ejemplo y cuenta con detalle la bonita historia de cada unos de sus galgos (Tito, Zoe, Teo, Tina, Flor y Sol) y la de sus hermanos Urko (mastín) y Lucas (mestizo). El amor hacia ellos y hacia los perros en general le lleva a pasar “todo el día colgada del teléfono, hablando con cazadores, veterinarios, adoptantes o casas de acogida”.
El 1 de febrero se celebra el Día Mundial del Galgo -es cuando concluye la temporada de caza- y el domingo 5 tendrá lugar, como cada año, un paseo reivindicativo al que se suman 44 ciudades españolas (en la capital leonesa tendrá lugar a las 12 horas en la plaza de Guzmán) para reclamar el fin de la actividad cinegética. A las personas interesadas en conocer más sobre esta raza y su realidad, Lorena les recomienda el visionado de los documentales ‘Yo galgo’ y ‘Febrero. El miedo de los galgos’.