Secundino Llorente

Segunda selectividad contagiada por el Covid

10/06/2021
 Actualizado a 10/06/2021
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Estamos en plenos exámenes de selectividad en Castilla y León. Ayer, hoy y mañana nuestros alumnos pasan esta prueba. Desde siempre yo he podido ver y sentir su tensión, sus nervios o su preocupación en estas fechas porque se la juegan. Por primera vez en la vida, su futuro depende de un examen. Están histéricos los alumnos y contagian esta angustia a sus padres. Este nerviosismo lo he percibido muy de cerca en más de cuarenta años de mi experiencia profesional. Pero ahora, en periodo de coronavirus, todo se complica aún más, especialmente para los alumnos trabajadores, estudiosos y excelentes; mientras que los holgazanes y perezosos pueden sacar provecho de las situaciones de pandemia y desorden, porque «a río revuelto ganancia de pescadores».

En primer lugar, tal como ya sucedió el año pasado, los ministerios de Educación, Universidades y Sanidad han elaborado un protocolo para la realización de las pruebas de selectividad en el contexto de la pandemia. Trataré de resumirlo al máximo: mantener la distancia interpersonal de, al menos, 1,5 metros, obligatoriedad de uso de la mascarilla para todas las personas que accedan al centro y en todos los espacios del mismo,ventilación natural con aire exterior preferentemente, se recomienda ventilación cruzada de forma permanente con puertas y ventanas abiertas, si la ventilación natural no es suficiente, utilizar ventilación forzada, ampliar el número de sedes del examen, distribuir el alumnado en un mayor número de aulas, reducir el aforo de los aseos y servicios, escalonar las entradas y salidas a los lugares de examen, tener reservada un aula para aislamiento de personas que inicien síntomas compatibles con Covid y no puedan dejar el recinto inmediatamente, registrar la ubicación de los alumnos en las aulas para facilitar el seguimiento epidemiológico si hubiese algún caso, prever las necesidades de materiales de protección como mascarillas quirúrgicas, mascarillas FFP2 sin válvula y solución hidroalcohólica,evitar cartelerías que provoquen aglomeración, si durante el examen algún alumno tiene una duda levantará la mano y el docente se acercará para resolverla, priorizar el transporte activo (caminar e ir en bicicleta), al terminar el examen el alumnado deberá depositarlo en el lugar que se le indique y debe abandonar el aula inmediatamente, la entrega del examen, así como la salida del aula debe ser de forma escalonada, para evitar aglomeraciones. El lector se hará cargo de lo que todas estas indicaciones pueden suponer para unos alumnos que están pasando por una gran tensión y nerviosismo.

En segundo lugar, España, estos días, con motivo de la realización de las pruebas de selectividad, en lugar de tener una única prueba, se convierte en un reino de taifas, ya que en las distintas autonomías no coinciden ni las fechas de examen, ni los modelos de pruebas, ni la exigencia de las mismas, ni los criterios de corrección. «Ninguna coincidencia». Así los alumnos se enfrentan a una injusticia brutal. Sin una selectividad única, la brecha abierta es tal que las mejores notas en selectividad las llevan los que cosechan los peores resultados en el Informe Pisa. Y a la inversa, las peores notas en selectividad suelen ser para nuestra comunidad que suele conseguir los mejores resultados en Pisa. De este modo un alumno de Cáceres le birla la plaza en la Facultad de Medicina de Salamanca a uno de León, que se la merecía más. Realmente injusto y penoso. En nuestra comunidad se cumple con la normativa vigente y somos muy exquisitos a la hora de cumplir con todos los requisitos de esta prueba, pero cuando año tras año vemos llorar a nuestros alumnos porque no llegan a la nota de corte, se nos queda cara de tontos por nuestro estúpido quijotismo.

Y en tercer lugar, el objetivo principal de los exámenes de Evaluación para el Acceso a la Universidad (EVAU), también conocida como selectividad, es Seleccionar a los alumnos que tienen el título de Bachillerato o de F.P. Superior y quieren acceder a la universidad. Los exámenes de la selectividad son imprescindibles para situar a cada alumno en la carrera y en el campus universitario que prefiera de acuerdo con los méritos académicos que consiga. Podrá acceder siempre y cuando supere la ‘nota de corte’ establecida para la titulación y universidad deseada. Pienso que sería muy difícil colocar en la universidad a miles de alumnos en el mes de septiembre sin la nota de la selectividad y por esa razón este examen y esa selección es imprescindible. Al igual que el curso pasado, los tribunales modificarán el contenido de los exámenes para acomodarse a las circunstancias de la pandemia. Se amplían las opciones de las pruebas y se rebajan los listones de dificultad a niveles increíbles hasta asegurarse de que es muy difícil que algún alumno pueda suspender. He tenido la curiosidad de revisar la ‘prueba cero’ del examen de Comentario de Texto o Lengua Española y Literatura, y en comparación con la prueba de hace dos años la dificultad se ha reducido, como mínimo, a la mitad. Siempre hubo dos opciones de examen y ahora se puede mezclar las respuestas de una y otra opción. Por si fuera poco, de los diez temas de literatura, deberán hablar de uno de los tres que saldrán a sorteo. Este examen ya no sirve para ‘seleccionar’ y se convierte en un ‘engaño’ porque, al ser más fáciles, consecuentemente, subirá la media de las calificaciones, pero ‘no nos equivoquemos’ porque esta prueba tiene como finalidad adjudicar las plazas más solicitadas y también subirán las notas de corte. Los perjudicados siempre serán los mejores alumnos. «A río revuelto… algún listillo se colará y le pisará la plaza a otro que realmente lo merecía más».
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