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Se te quitan las ganas

21/06/2021
 Actualizado a 21/06/2021
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Se preguntarán ustedes cuál es el pecado de ‘nuestro’ escritor leonés Andrés Trapiello para estar siendo tan vapuleado por los unos y los otros en pleno furor de la reyerta contra el gobierno que necesita ‘perdonar’ urgentemente a los separatistas catalanes presos. Y si no se lo preguntan es porque no quieren meterse en líos o porque necesitan un poco de sosiego después de un tan largo periodo de pandemia.

Pero es que Andrés Trapiello es leonés y es uno de los nuestros. Y algunos lo colocan el tercero, después de Paco Frutos y Josep Borrell, en el ranking de los corajudos por «romper con el discurso pretendidamente de izquierdas e independentista, y apostar por la unidad de España». (Así lo hace Marisa Cruz en El Mundo de 14 de los corrientes).

Tras su intervención el otro día en la plaza madrileña de Colón en la tumultuaria manifestación contra los indultos que pretende el gobierno de Sánchez, le ha caído la del pulpo. Y todos reconocen que el motivo es que «Trapiello es impermeable al sectarismo, y eso no se perdona». Y lo que queda flotando después de todo es que Andrés, como buen cazurro, no se deja llevar de nuestro clásico: «Es que se te quitan las ganas».

Él mismo vuelve sobre sus pasos y en El Mundo del 18 de los corrientes lo repite: «El procés, que ya consiguió fracturar la sociedad catalana, lleva ahora la discordia entre los españoles». Que es lo mismo que vienen diciendo otros leoneses que, como Santiago Trancón, ha escrito todo un libro (La España sentenciada) donde analiza hasta la nausea todo el proceso del ‘procés’ a partir del Primer Pujol y sus secuaces.

Tenemos pues a dos paisanos a los que no se les quitan las ganas de terciar, desde la independencia total de pensamiento, en la defensa de la unidad de España; una España en la que León ya casi no es más que unos pantanos, una catedral románica, y un grupo de intelectuales, hijos de la diáspora casi todos que, adentrados en una edad, eligen continuar en la brecha, cosa muy digna de elogio en estos tiempos en los que haber sido expulsado de todos los partidos de izquierda no se cuenta como un motivo de orgullo sino como de oprobio. «Los actos morales y políticos tienen consecuencias», dijo en Colón Trapiello. Y los indultos y la negociación con los rebeldes catalanes no arrepentidos es un acto moral y tendrá consecuencias. La primera de todas será la crucifixión de Trapiello, aunque a él no le importe, pero a él no se le quitan las ganas.
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