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Se nos va el vino en catas

17/03/2021
 Actualizado a 17/03/2021
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Se nos va el vino en catas. Tiramos de espita para probar la cántara antes de tiempo deseosos de paladear las bondades del misterio de la maceración carbónica y cuando llegue el momento de embotellar, nos van a quedar los posos y eso solo si hay suerte. Si no la hay, nos conformaremos con recordar los tiempos en los que nos las prometimos felices deseando brindar con una copa repleta de esa pócima de la alegría que es el vino. Pero tanto tirar de espita nos va a salir caro, por muchas cosechas de uva que llevemos por adelantado. Al final es lo que suele pasar con la ilusión, que mientras uno piensa que la dosifica y que esta va a ser inagotable, todo va bien. Pero cuando empieza a flaquear, te das cuenta de que se acaba como la barrica de mosto de un ansioso. Menos mal que sabemos apañarnos. Replanteo la situación. En vez de vino imagínese que la cántara está llena de millones, de un dinero que se las promete felices en boca de los moradores de cuatro despachos donde la escuadra y el cartabón son su mejor arma. En ese cuadrilátero se lucha con zapato de tacón y falda de tubo, con corbata y mocasín. Pero allí se decide el futuro de quienes pisan el abono y transitan por los caminos, de los que se enfundan en el mono a primera hora del día y no lo apean hasta que llega la noche. Estos últimos luchan contra la burocracia y los sinsentidos de mandamases que predican trigo y no dan pan. Ayer mismo, al acabar el Consejo de Ministros, llegaron una vez más esos titulares presuntuosos que lo copan todo cuando son promesas y que pasados unos años, si hay suerte como con los posos, es bastante probable que pasen a ser agua de borrajas. Dicen ahora que van a «recuperar» los pueblos con 10.000 millones de euros, que el Reto Demográfico trabaja por disminuir la brecha digital entre lo rural y lo urbano (como si fuera la única), que van a «repensar España con medidas concretas», que no van a dejar a nadie atrás y un sinfín de frases de manual de márketing. Igual se piensan que todavía nos creemos algo nosotros, los que nos hemos cansado de esperar mientras vemos el carril de ida lleno y el de vuelta vacío. Nosotros, expertos en contemplar sus brindis al sol. Los que tenemos un máster en apañarnos y contamos con la suerte de tener cerca a bodegueros y viticultores que capean las consecuencias de la pandemia no sin dificultades. Este brindis, por vosotros. Valientes.
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