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Sé divertido o te matarán

17/11/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Si al genial Antonio Alcántara le llegan a decir que su revista, Alcántara Rotopress, duraría cinco años, estoy seguro de que hubiese tirado la casa por la ventana comprando el mejor Rioja del mercado.

Cinco puertas grandes en las Ventas consiguieron Luis Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez y ‘El Niño de la Capea’, entre otros. Y cinco son los años que el jueves pasado celebró el equipo de La Nueva Crónica en torno a una fiesta que homenajeaba a todas las formaciones musicales semanasanteras.

Un periódico magníficamente dirigido por mi querido Sr. Rubio ha festejado su quinto año en una gran gala en el Palacio de Exposiciones, en la que el editor ha sacado sin miedo la chequera para que no falte de nada.

Decía el Sr. Rubio en su pequeña ‘entradilla’ (porque sus palabras bien podrían haber sido un editorial de los que hacemos en el mundo de la radio) que se sentía «profundamente orgulloso de su equipo, porque durante estos años siempre han estado a la altura de las circunstancias». Circunstancias, esa palabra tan unida a nuestro León. Es imposible hablar de León sin sus circunstancias, al igual que es impensable hablar de La Crónica sin hablar de David. Con esto no pretendo hacer una loa al director, porque todo lo bueno que es ya se lo he dicho infinidad de veces, que el periódico es su ‘creatura’, y que encarna a la perfección aquello que decía Billy Wilder«un director tiene que ser policía, comadrona, psicoanalista, adulador y bastardo». Por eso, permítanme queridos lectores y compañeros, que me guarde estas líneas para mi amigo David.

En el viaje de la vida, son muchas las personas que poco a poco te van tocando el corazón y te marcan, hasta el extremo de querer compartir con ellos todo, los buenos y malos momentos, las preocupaciones, los éxitos y hasta las borracheras… porque ya se sabe que una trompa con un pesado, es lo peor. David es un gran periodista pero es aún mejor escribidor, si fuera torero estoy convencido de que jamás ingresaría en una escuela, porque David tiene duende, a él a veces se le olvida, pero no pasa nada porque siempre nos tendrá a nosotros (La Madre en Apuros y Don Dimas), y a muchos otros para recordárselo, porque ese duende nos hace sentir el pellizco cuando le leemos en familia los domingos. Como en todo, habrá quien discrepe, igual que le pasó a Belmonte, quien tras torear en Barcelona, donde fue llevado a hombros por las Ramblas, recibió criticas de algún periodista de la ciudad Condal a quien no le pareció aquello acorde con el nivel cultural que Barcelona tenía. Lo bueno, es que aquí no va a haber problema con el nivel cultural.
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