Sara Velasco

Nació en Ponferrada y vivió de niña en el poblado de la Térmica. Entonces aquellas calles, jardines, chalets y el complejo deportivo eran una ciudad dentro de la ciudad. Y ello porque entre el barrio de la Puebla y el muy ordenado arrabal de Compostilla quedaba la enorme montaña de carbón, que bordeaban los trenes mineros que llevaban la hulla hasta otra térmica, más vieja y pequeña, la de la MSP. Ese mundo desapareció hace décadas, pero quedan las calles y casas del poblado ya unidas al resto de la ciudad a través de un parque nuevo, situado sobre el solar que ocupó la más insólita montaña de toda Iberia. La gigantesca escombrera que los niños de Ponferrada mirábamos con total naturalidad. Convencidos que aquel pequeño Himalaya de residuos energéticos, en cuyas faldas buscábamos fósiles, era lo más normal del mundo.

En el poblado la vida era más bella, eso nos parecía. Entre los árboles y el dinero público que puso en marcha Endesa, entidad nacida en ese barrio de Ponferrada. Donde vivían Sara Velasco, su hermana Ana y su madre, ponferradina de una conocida familia que regentaba el entonces célebre bar Avenida. Y su padre, naturalmente. Su padre que era un hombre culto y progresista, técnico cualificado de la central térmica. Él fue uno de los profesionales que pusieron en marcha el mayor proyecto energético del franquismo en aquel tiempo: una gran central térmica que llevaba su fruto hasta lejanas regiones.

Pero aquella urbanización privilegiada también encerraba un gran peligro, que no se conocía entonces con plena certeza: el aire contaminado por las humaredas fabriles; atmósfera que tendría efectos dramáticos sobre muchos de los vecinos. Vivir tan cerca de aquel envenenamiento cotidiano fue, muy probablemente, el origen del cáncer que se llevó a Ana, la hermana de Sara, en la adolescencia. Y a su padre cuando aún era joven, y la familia ya vivía en Madrid.

Eso cuenta un libro hermosamente escrito, profundo y habitado a veces por una misteriosa poesía, que se titula ‘Carbón’. El que ha publicado la ponferradina Sara Velasco, que antes había editado otros, relacionados con su condición de médica y psicóloga. Un libro que emociona y que es de lectura muy conveniente para los leoneses que quieren conocer mejor su tierra; para todas las personas que aman la belleza, la intensidad y el tiempo. Y los secretos de una niña que se va haciendo mujer. Un libro donde habita el dolor, el testimonio y una cautivadora extrañeza.