Santandreu: "Siempre hay cosas valiosas para hacer y somos felices si nos centramos en ellas"

El psicólogo presenta este martes su último libro en el Palacio del Conde Luna

Isabel Herrera
02/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Después del éxito de ‘Las gafas de la felicidad’ (el libro de autoayuda más vendido en 2014 y 2015), ‘El Arte de no amargarse la vida’ y ‘Ser feliz en Alaska’, llega la nueva obra del prestigioso psicólogo Rafael Santandreu, autor con más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo. Este jueves estará en León para presentar ‘Nada es tan terrible’. Será a las 19 horas en el Palacio del Conde Luna.

– ¿Por qué nada es tan terrible?
– Porque, en realidad, somos nosotros los que nos provocamos las emociones con nuestros pensamientos. Si no te machacas mentalmente, es imposible ponerte mal. Está todo en la mente.

– Pero hay adversidades muy grandes...
– Fíjate en Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, se decía a sí mismo que su parálisis era una minucia y gracias a su filosofía, se convirtió en uno de los mejores científicos y, sobre todo, en alguien muy feliz.

– ¿Y de ahí su fortaleza emocional?
– Sí. Toda su filosofía personal giraba en torno a que no hay nada terrible ya que siempre hay cosas valiosas para hacer y en la medida en que te concentres en ellas, serás feliz. En psicología cognitiva, hemos visto que cuando las personas adoptan esta filosofía, se transforman por dentro.

– Repite en su libro, en varias ocasiones, que se puede ser feliz incluso ante la enfermedad, pero parece fácil comprender la tristeza en una persona que sufre una dolencia grave…
– En mi último libro, entrevisto a una persona que estuvo tres años en la cárcel Modelo de Barcelona y allí aprendió a ser feliz. U otra que estaba gravemente enferma y sabía que iba morir, pero estaba muy agradecida a la vida. Estas dos personas tenían en común una gran filosofía personal.

– ¿La felicidad es algo físico?
– Es enteramente mental. Lo que sucede es que nos cuesta verlo. Tenemos la ilusión que los acontecimientos nos marcan, pero no es verdad: son nuestros pensamientos quienes nos provocan las emociones.

– ¿De verdad cree que en unos años habrá sistemas al alcance de cualquiera para ‘activar’ la alegría, el descanso reparador…? ¿Llegaremos a verlo?
– Los primeros dispositivos para controlar las emociones a voluntad, llegarán en unos veinte o treinta años. Entonces, podrás estar alegre, con ganas de sexo, atento, relajado... según desees en cada momento. Eso revolucionará el mundo como nada antes en la historia.

– Las situaciones difíciles, ¿mejor evitarlas o afrontarlas?
– Afróntalas sólo si lo haces desde el amor, para crear algo hermoso, sin presiones ni obligaciones. Resolver retos difíciles es maravilloso siempre que lo hagas así. Si no puede ser así, evítalas, renuncia a eso que parece tan importante.

– ¿Cuál es la receta de la felicidad?
– Combatir la ‘necesititis’, la creencia de que necesitamos mucho para estar bien. Creemos que necesitamos imperiosamente estar delgados, tener un buen empleo, una casa bonita, pareja, muchos amigos, ser extrovertido, ser elegantes, estar al día, haber viajado y diez mil cosas más. Y como fallemos en algo, ¡somos unos gusanos indignos! Eso es de locos.

– ¿Hay que necesitar menos?
– Las personas más fuertes y felices casi no necesitan nada: solo el agua y la comida del día. San Francisco de Asís dijo: «Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco». Seguro que tenía una gran salud mental.

– Usted también habla del peligro de las necesidades inmateriales.
– Sí, pueden ser tan malas como las materiales. Por ejemplo, la loca necesidad de que me respete todo el mundo ¡todo el tiempo!. Eso es muy erróneo porque, para empezar, eso no va a suceder. Además, a las palabras se las lleva el viento. Las personas poco amables tienen un problema: ellas, no nosotros.

– ¿Hay factores del entorno como el clima, el mar… que determinen la felicidad colectiva de un territorio?
– Un poco sí, pero si tienes mucha ‘terribilitis’ y mucha ‘necesititis’, no habrá lugar sobre la Tierra donde estar bien. Y, al contrario, si estás muy bien amueblado mentalmente, dará igual dónde vivas: hasta en la cárcel serás feliz.

– A veces parece imposible poner en práctica los consejos que ofrece… ¿por dónde empezar?
– Para aplicar la psicología cognitiva hay que revisar el diálogo interno diariamente: qué nos hemos dicho para ponernos bien o mal. Se trata de un entreno diario de, al menos, una hora de duración. Al cabo de unas semanas, empezamos a notar los resultados.
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