De este modo, aunque el Gobierno descarta tomar el mando por ahora, abrió la puerta a que los distintos territorios que se encuentren en el nivel cuarto del 'semáforo', en el que se situaría León por su riesgo "extremo", puedan solicitar el mecanismo del estado de alarma para adoptar "medidas excepcionales". "Esto permite graduar las medias y actuar con más contundencia donde el problema es mayor", expresó Sánchez.
Entre los cuatros niveles para medir la situación de un determinado territorio con respecto al coronavirus y decretar las medidas oportunas, la provincia de León se encontraría en el más elevado. Un riesgo extremo para el que se necesita registrar valores superiores a 250 casos positivos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Unos datos que León está triplicando ampliamente en los últimos días.
El objetivo del Gobierno, al que se han sumado ya muchas autonomías, es el de evitar otro confinamiento generalizado como el que se aplicó en los meses de marzo y abril. Sin embargo, según apuntó el presidente del Gobierno en su comparecencia, la situación "no es comparable" a la de entonces. Principalmente, porque ahora se están realizando pruebas diagnósticas de forma masiva. De hecho, Sánchez manifestó que, en la primera ola de la pandemia, el número real de infectados cuando se decretó el estado de alarma se situaría en torno a los 2,5 millones de personas en el conjunto del país. Del mismo modo, el dirigente cuantificó en más de tres millones los españoles que ya han sido infectados por el Sars-Cov-2, por lo que las cifras oficiales solo representarían a un tercio de los positivos reales.
Otro de los datos ofrecidos por el Gobierno de España es que se están detectando el 70 por ciento de las personas contagiadas. Mientras tanto, en los primeros compases de la pandemia solamente se detectaba uno de cada diez casos. Este aumento de las pruebas PCR facilitará los rastreos, unido a que el sistema sanitario está más «aprovisionado», debería ayudar a que la segunda ola sea menos dramática y a lograr frenar nuevamente la curva de contagios «con menores sacrificios». «En España nos gusta la vida social y tenemos pasión por el contacto humano y eso puede ser un talón de Aquiles», valoró el presidente del Gobierno.
El invierno no ayuda
Del mismo modo, Moncloa advirtió que otro de los 'hándicaps' a la hora de que la sociedad se enfrente nuevamente cara a cara con el coronavirus es la propia climatología. El situación más previsible es que el invierno, y la mayor incidencia de enfermedades respiratorias que implica, se conviertan en "un escenario propicio" para que aumenten los contagios y se tensione aún más el sistema sanitario. "Con la llegada del invierno, España y Europa no son ajenas a este aumento de los contagios", indicó Sánchez sobre la preocupante evolución de la segunda ola de Covid.
El Gobierno pide a los españoles "máxima disciplina social, resistencia y moral de victoria" para afrontar los delicados meses que se avecinan y en los que, aseguran, buscarán un equilibrio entre no colapsar el sistema sanitario, mantener a flote la economía y restringir lo mínimo posible las libertades individuales. Una receta que se antoja complicada y para la que, por tanto, piden a la población que se conciencie "al máximo". El tiempo y el comportamiento ciudadano darán respuestas.