Sancedo estrena su Ruta de los Cortines con 250 andarines

El éxito de la caminata, que también pasó por la Senda del Hierro, abre la puerta a realizar nuevos trabajos en el mirador del Picón enfocados al turismo de naturaleza

M.I.
26/09/2022
 Actualizado a 26/09/2022
Caminantes que estrenaron la ruta en Sancedo.
Caminantes que estrenaron la ruta en Sancedo.
El Ayuntamiento de Sancedo ha inaugurado la Ruta de los Cortines con una caminata compartida en la que 250 personas quisieron unirse a conocerla. De hecho, la gran afluencia de participantes, hizo que se hiciera una parte a la ruta fuera a los cortines y otra pequeña parte de la Senda de Hierro.

Esta ruta se ha podido realizar gracias al trabajo de los alumnos, alumnas y profesores de los Talleres de Empleo de la Junta de Castilla y León, que han acondicionado 14 kilómetros de sendas en el municipio durante tres años consecutivos. Esta labor ha servido para dotar al municipio de un nuevo recurso turístico, tanto para Sancedo como para el Bierzo.

Los trabajos han conseguido rescatar del olvido once cortines y cinco minas de hierro, que estaban totalmente escondidos en la naturaleza y a punto de desaparecer, así como una antigua mina en la que se buscó oro, además de un pozo de minería vertical denominado en los mapas antiguos como ‘cueva moros’, “de la cual aún se está estudiando su origen”, dicen fuentes municipales.

Los cortines son construcciones circulares típicas del noroeste peninsular, destinadas a resguardar las colmenas de los ataques de los osos. Solían tener una altura de entre 2,5 y 4 metros, y estaban rematadas con una albardilla de lajas de pizarra o de rama. Algunas tenían una puerta de madera o una escalera de mano para acceder a ellas. Las colmenas, habitualmente, eran secciones de troncos de roble, generalmente vaciados, denominados truébanos o trovos, cerrados por lajas de pizarra por ambos extremos.

En cuanto a las minas de hierro, se ven cinco bocaminas explotadas entre los años 1957 a 1959, en el valle del río Rigo, en la pedanía de Ocero. Realmente solo se encontró hierro en dos de ellas y, por avatares de la economía, dejó de ser rentable. Además, este mineral nunca se sacó del valle y hoy en día se encuentra apilado en la parte externa de las bocaminas. Todavía quedan vestigios de una construcción de ladrillo que servía de almacén, acopio de explosivos y vestuario de la empresa. Asimismo, se localiza en el entorno la construcción de una alberca para el almacenamiento de agua que daba servicio a la actividad minera. Las galerías tienen unas dimensiones de 2,5 m de diámetro y longitud variable entre 20 y 400 metros.

Estos trabajos de recuperación han dado a luz una ruta de carácter etnográfico en un paraje natural de gran valor paisajístico. Una red de sendas, atractivas tanto para senderismo como BTT, de una dificultad media-baja, en las que parte de su atractivo es poder visitar tanto los Cortines como las minas. Las sendas son de un metro de ancho, discurren por el monte público, propiedad de la Junta vecinal de Ocero, atravesando un bosque de robles, alisos y madroños principalmente.

“Queda mucho trabajo por hacer, minas y cortines por limpiar y reconstruir hasta alcanzar su estado original, evitando que desaparezcan engullidos por la masa forestal y la maleza”, han señalado desde el Ayuntamiento, “ya que debido a la complicada orografía hace falta mucho trabajo sobre el terreno para hacerlas visitables y accesibles”.

Además, se pretende dar continuidad a los trabajos acondicionando el mirador del Picón, punto geodésico localizado entre Ocero y Vega de Espinareda. “Hay que dotarlo de un acceso más progresivo y atractivo, rescatando un sendero perdido y, aunque estos trabajos son manuales y costosos en tiempo y personal, sin duda el esfuerzo merecerá la pena”.
Archivado en
Lo más leído