San Pedro de Valderaduey: La doctrina "Villabajo"

San Pedro de Valderaduey dio la voz de alarma cuando vio que se podía quedar sin bar, sin su teleclub. Lo han mantenido y también ha sido fundamental esta Navidad para que sus vecinos tengan un punto de encuentro

Fulgencio Fernández
07/01/2022
 Actualizado a 07/01/2022
Los vecinos ante el árbol gigante que les ha iluminado la Navidad. | F.F.
Los vecinos ante el árbol gigante que les ha iluminado la Navidad. | F.F.
A principios de verano las gentes de San Pedro de Valderaduey hicieron un llamamiento público desde todos los altavocesa su alcance: redes sociales, medios de comunicación, boca a boca... "Se necesita interesado en llevar el tele club del pueblo. Dispone de todo el material de hostelería necesario (cafetera, cámaras frigoríficas...) para iniciar la actividad inmediatamente. También de mesas, sillas, televisión, estufa de pellets, amplia terraza... y no habría que pagar alquiler ni gastos, sólo darse de alta de autónomos".

La oferta era muy tentadora y a la llamada acudió desde Cádiz la joven Yolanda, que no se arrepiente de su decisión, ni mucho menos, y tampoco su niña que, además, suma una alumna más al cole de Sahagún, que siempre viene bien.

La necesidad de mantener el bar abierto, que es también tele club, centro de reunión, casa del pueblo... no necesita mayor razonamiento, basta acudir a él y ver la actividad, comprobar cómo el ocio del pueblo gira en torno a él: primero las partidas de los jóvenes, después tertulias diversas y allá a las siete de la tarde llega el grupo de seis mujeres que cada tarde juegan la partida de brisca.

- ¿Qué juego?
- Nada. Una fea, que tienen muchos triunfos.

La vida sigue. La Navidad ha estado presidida por un árbol gigante para, dice su presidente Juan Carlos, "todo el que pase vea que hay vida". Algo que se completa con un curioso luminoso en el que junto a la temperatura de esta tarde de Reyes (1 grado a las seisy media de la tarde) se informa de que se puede pedir cancha para la pista de pádel —"intentamos que la gente se pueda divertir y así quiera venir al pueblo"— y el luminoso salta a un llamativo "Bar abierto". Por el abierto bar andan un buen número de vecinos de San Pedro de Valderaduey, unos viven en el lugar, otros vienen nada más que tienen un hueco, como Carlos. "Vivo en León, pero se puede decir que vivo a caballo entre los dos lugares pues me escapo nada más que tengo oportunidad".Juan Carlos, el presidente, es el único ganadero que queda en el pueblo. "Aquí la mayoría viven de la agricultura; quedamos mi hermano y yo con un rebaño de ovejas de leche".- ¿Va bien la cosa?- Va. Pero sí reconoce que no le va mal; de hecho tiene tres empleados, que han llegado de Burkina Faso hace unos años y con los que está encantado. "Son muy buena gente, muy trabajadores, se han integrado fenomenalmente en el pueblo". Son ellos Georges, que está en el bar con su mujer Zallo y su hijo Joachin, y otros dos que están en la explotación: Abdulae y Aruna. Cuenta el presidente que andan enla actualidad por los 108 empadronados, "igual alguno más" y como prueba de esa posibilidad descansa en su carrito Manuel, nacido en agosto y al que no parece preocupar lo más mínimo el bullicio del bar. - ¿A qué ayuntamiento pertenece San Pedro?- A Cea.- ¿Entonces Cea es mayor?- Allá andaremos en padrón.Y a coro le dicen los vecinos más jóvenes. "Y no vamos a parar hasta superarlos"; algo en lo que también incidía otro joven de San Pedro, Alejandro, cuando se puso en contacto con el periódico para buscar quién atendiera el bar. "Es la doctrina Villabajo, que tiene que superar a Villarriba".Una doctrina para la que era fundamental que el bar estuviera abierto pues, al margen del punto de encuentro diario, allí confluyen las tradiciones y celebraciones de este pueblo que, por ejemplo, el 15 de agosto celebra una comida popular para todos los vecinos de San Pedro de Valderaduey, entre otras, como las fiestas patronales en San Pedro o la Virgen de Septiembre.- ¿Tenéis pasta en la Junta Vecinal?- Nos arreglamos.- ¿De la caza, los pastos, la leña...?- Aquí la mayoría es de los molinos eólicos que nos instalaron ya hace muchos años. Ya sé que hay controversia con ese tema en otras comarcas, aquí, la verdad, creo que fue bueno para las dos partes.

Las conversaciones siguen cruzadas. Justo, que está casado en Tejerina, se interesa por la nieve que hay en la montaña cuando llega la montañesa, Esperanza, que con Luz, Visita, Tere, Mari Carmen y Modesta van a batirse el cobrea la brisca.

La vida, y la actividad, crece cuando se va metiendo la noche del día de Reyes, el final de la Navidad. Se está bien en San Pedro, otro tele club más que fomenta la convivencia y la conversación. No apetece irse, pero todo tiene una medida, nieva en el exterior, pero como decía el histórico cantinero cuando quería cerrar: "Esta gente tendrá una casa para la que marchar".

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