San Andrés: escaladas y desescaladas, por Julio González Rivo

El portavoz de UPL en el ayuntamiento del alfoz detalla las fortalezas del municipio del alfoz para hacer frente a las dificultades económicas

Julio González Rivo
27/06/2020
 Actualizado a 27/06/2020
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Son tiempos duros en la Región Leonesa. Esta frase parece un mantra, y de las veces que se ha repetido, tantas y tantas, parece haber perdido su sentido. Pero lo triste es que da igual cuando se lea, es la realidad. Parece que estamos condenados a vivir esta penitencia para siempre. El devenir de los tiempos ha empobrecido tanto esta tierra que cada vez tenemos menos alternativas, por ello, el leonesismo ya no solo es una petición justa, también es un proyecto.

No hay que olvidar que las posibilidades de San Andrés están restringidas por las imposiciones de los Planes de Ajuste a los que estaremos sometidos durante décadas. Esto marca una primera singularidad de nuestro municipio. Esa realidad también obedece a la habilidad que tiene el nuevo leonesismo para gestionar en cualquier situación. Tenido eso en cuenta, a grandes rasgos, el desarrollo del futuro de San Andrés debe sostenerse desde cuatro pilares: un ayuntamiento fuerte, industria, comercio local y autonomía.

La prestación de servicios de calidad es el primer punto. Para que haya actividad, este debe ser un municipio agradable para vivir. Por tanto, hay que abordar los retos internos que lleven a nuestra casa consistorial al siglo XXI, mejorar los medios telemáticos y organizar los servicios para que se correspondan, de una vez por todas, a los impuestos que los vecinos pagamos. Ningún pueblo ni ningún barrio debe quedarse atrás. Se deben cuidar los pequeños detalles: limpieza, transporte, colegios…

El desarrollo industrial es el siguiente. Nuestro municipio cuenta con varias zonas industriales, modestas pero decisivas para el empleo en León. Hay que cuidarlas, mimarlas y ayudarles en campañas de publicidad y simplificación de trámites administrativos. Además de eso, está el Polígono Industrial de Trobajo del Camino, el cual debe convertirse en un lugar atractivo para las empresas. Tenemos el espacio, las infraestructuras y la localización. Necesita un buen lavado de cara, y después de eso, salir a buscar empresas, a invitarles a instalarse aquí, mediar con todos los agentes implicados para tener músculo fabril.

El comercio local es el tercero de los ejes del futuro de San Andrés. La vida de los barrios y pueblos de nuestro municipio es eso. Es nuestra identidad, y el leonesismo es su acérrimo aliado. San Andrés debe liderar la lucha por mantener el pequeño comercio en los municipios que tienen otras capacidades diferentes a ciudades como León o Ponferrada. De ello depende nuestra supervivencia y la de nuestra tierra. Por último, está nuestro indiscutible derecho constitucional a la autonomía leonesa. También se trata de prestar buenos servicios y la Junta lleva años maltratándonos. Se ha querido ahorrar dinero a nuestra costa mientras que en otras ciudades, en Castilla, no se escatimaban gastos. Sin duda, un cambio en el marco territorial con una comunidad autónoma como las demás puede mejorar la situación de este municipio.

Ahora bien, San Andrés, no puede sobrevivir solo, nadie puede. Nuestra tierra está conectada y debemos tener en cuenta una cosa: lo que es bueno para la Región Leonesa lo es para San Andrés y viceversa. Esto implica que desde nuestro municipio deben apoyarse proyectos que hay fuera de nuestros límites, pero importantes: hay que reivindicar la supresión del peaje de la León-Astorga, luchar por las biorrefinerías de Barcial del Barco y La Robla, aumentar el volumen industrial de los polígonos que existen en nuestra tierra, el fomento del turismo natural y patrimonial… Por ese motivo también hemos luchado por mantener el patrimonio ferroviario que conserva la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril en León, cuya puesta en valor puede ser un reclamo turístico, un revulsivo económico y por tanto creador de empleo. La creación de riqueza fuera repercute dentro, igual que el cumplimiento de esas cuatro bases es bueno para el conjunto de León.

Es necesario que San Andrés encuentre su propia identidad, primero como leoneses y luego como cada una de las partes del municipio. ¿Es útil sentirse orgulloso de la tierra? ¿Tiene futuro hablar del pasado? Sin duda. El orgullo crea arraigo y el arraigo conlleva la defensa de los intereses de la tierra, mientras que el desarraigo lleva a la pasividad y el desinterés, algo que no podemos dejar que pase. De ser así, no sobreviviremos.

La crisis del Coronavirus pasará, la catástrofe económica que ha traído también, pero en la Región Leonesa seguiremos anclados en la decadencia crónica a la que llevamos sometidos desde 1983. Mientras exista un solo vocal de Junta Vecinal defendiendo la autonomía leonesa, existirá motivo para la esperanza. El proyecto está expuesto y el camino empezado, por lo que el futuro puede llegar a ser muy prometedor. Rompamos con la desescalada socioeconómica que San Andrés y la Región Leonesa sufren y comencemos una escalada hacia el futuro que nos merecemos.
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